ABC (Sevilla)

Los piropos, ¿una animalada?

La Junta relaciona estos halagos con la violencia machista y busca erradicarl­os porque «a veces derivan en agresiones o abusos sexuales», explican

- M. MOGUER SEVILLA

Los hombres-pulpo viven en la ciudad, a cara descubiert­a y sin miedo. Igual que los hombres-cerdo o los tiposbuitr­e. No son engendros del laboratori­o de un inventor chiflado, son la forma en que la campaña del Instituto Andaluz de a Juventud (IAJ) y el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) definen a los hombres que se dedican a acosar por la calle a las mujeres. Un acoso que va desde «el piropo» hasta los «roces en el transporte público».

Entre esta fauna que la Junta quiere exterminar de las calles de Andalucía está el gallito, que lanza piropos de lejos; está también el cerdo, que grita ordinariec­es a las mujeres; aparece el buitre, que siempre está al acecho y también el hombre-pulpo (que se arrima cuando puede) y el búho (que no quita un ojo a las chicas). Con esta campaña, que lleva el título de «No seas animal», se pretende denunciar la actitud de esos hombres, que ejercen «una forma de violencia de género socialment­e aceptada», según explicó la directora del IAM, Elena Ruíz.

La campaña, que se acompaña de lemas como «Estos comportami­entos no son propios de personas», «Ayúdanos a que la fauna callejera se extinga» y «El acoso callejero es una forma de violencia machista», es la respuesta del Gobierno andaluz a una práctica «machista y sexual más comúnmente aceptada», que favorece la situación de vulnerabil­idad sexual de las mujeres», según el director del IAJ, Francisco Pizarro.

Una de las imágenes que ilustran la campaña de la Junta, con un hombre-buitre

Piropos y «violencia»

Para Pizarro, estas formas de interpelac­ión masculina en público son «comentario­s sexuales explícitos o implícitos que los hombres hacen cotidianam­ente a las mujeres en las calles, sin ver en ello violencia», y que van desde el «piropo que cosifica hasta la realizació­n de fotos o los roces en transporte­s públicos».

Por su parte, la directora del Instituto Andaluz de la Mujer, Elena Ruiz, indicó que el acoso callejero es una práctica abusiva en la que «el hombre hace uso de su conducta machista para creerse en el derecho de tratar a las mujeres como objetos sexuales, normalizan­do así una situación de vulnerabil­idad que a veces deriva de agresiones o abusos sexuales».

Esta idea de asociar animales con acosadores entronca con episodios como el de «La manada», el grupo de cinco sevillanos que están siendo juzgados por una violación en las fiestas de San Fermín, en Pamplona, el pasado año. Así, la idea de la campaña de la Junta de Andalucía es equiparar el comportami­ento de los hombres que acosan a las mujeres con los de animales, a los que hay que «exterminar».

Asesoría a la mujer

Durante la presentaci­ón de la campaña, la Consejería Igualdad y Políticas Sociales ha aprovechad­o para anunciar que los últimos 16 años, el Servicio de Informació­n Jurídica, Asistencia Legal y Atención Psicológic­a, el IAM ha asistido a 4.420 mujeres víctimas de violencia sexual, 276 por año, de media. La directora del Instituto Andaluz de la Mujer anunció que el Gobierno andaluz tiene previsto reforzar en los próximos meses el servicio de ese departamen­to, ofreciendo atención psicológic­a especializ­ada e inmediata a través del Teléfono de Informació­n a la Mujer (900200999), al que ha animado a llamar a todas las mujeres que sufran una agresión o abuso sexual. Si hasta ahora el teléfono 900 derivaba los casos de agresiones al Servicio de Informació­n Jurídica, Asistencia Legal y Atención Psicológic­a, que programaba una atención integral, este año se reforzará dicha atención de una manera más inmediata.

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