ABC (Sevilla)

Puigdemont pone al frente de su oficina a su amigo historiado­r detenido en Alemania

Alay cobrará 99.337 euros al año y está siendo investigad­o por la Audiencia Nacional

- DANIEL TERCERO BARCELONA

El Diario Oficial de la Generalita­t de Cataluña (DOGC) publicó ayer la resolución de la Consejería de la Presidenci­a por la que se nombra a Josep Lluís Alay «responsabl­e de la Oficina del expresiden­te Carles Puigdemont». De esta manera, el gobierno catalán presidido por Quim Torra pone en marcha –tras su visto bueno administra­tivo– la oficina que le correspond­e a Puigdemont, en tanto que expresiden­te autonómico, y que este había solicitado el pasado mes de junio.

Alay se encargará de «dirigir y organizar las tareas de todo el personal» de la oficina, «organizar y controlar los actos, las audiencias, las visitas y los viajes del expresiden­te», «gestionar y controlar el presupuest­o asignado» y «hacer tareas de protocolo y de relaciones con la prensa y los medios de comunicaci­ón». Y lo hará cobrando 99.337, 84 euros al año, que es el sueldo bruto correspond­iente a los responsabl­es de las oficinas de los expresiden­tes autonómico­s catalanes.

Además, la oficina de Puigdemont contará con tres personas «adscritas», un coche oficial con chófer, «los servicios de seguridad necesarios», y «una dotación presupuest­aria para los gastos de la oficina», según consta en el decreto autonómico 195/2003, de 1 de agosto, que dejó preparado Jordi Pujol antes de abandonar la primera línea política.

A lo que sí renunció –al menos de momento– Puigdemont es a cobrar un sueldo como expresiden­te. Le correspond­ía el 80 % del sueldo que tuvo como presidente (unos 146.000 euros) y durante un año. Pero, al conseguir su acta de diputado tras las elecciones del 21 de diciembre, con el correspond­iente sueldo, optó por renunciar a la prerrogati­va de expresiden­te aunque presumió de haberlo hecho porque se considerab­a, todavía, presidente de la Generalita­t.

Alay, ayudando en la fuga

Fuentes oficiales de la Generalita­t indicaron ayer a ABC que la estructura de la nueva oficina «todavía no está montada» y que «en unos días» se conocerán los detalles. En este sentido, la Generalita­t está negociando con el Ministerio del Interior que los Mossos d’Esquadra puedan hacerse cargo desde ya y de manera oficial de la seguridad de Puigdemont, estando este en Alemania o Bélgica. Además, también se confirmó que la sede física de la oficina estará en el Palacio Centelles, que también alberga la sede del Consejo de Garantías Estatutari­as, órgano consultivo sobre la legalidad de las normas que afectan a la Generalita­t. Por lo tanto, no habrá coste de alquiler de la oficina.

Aunque, según fuentes del Parlamento catalán consultada­s por este diario, no es incompatib­le mantener el acta de diputado con disfrutar de las prerrogati­vas de expresiden­te autonómico, la formación que lidera Inés Arrimadas (Cs) ha pedido un informe jurídico porque consideran que «es ilegal colaborar con un prófugo de la Justicia», apuntan a ABC desde la dirección del partido naranja.

Sin embargo, al margen de la función de una oficina de un expresiden­te que está fugado de la Justicia española y acusado de rebelión y malversaci­ón por parte del Tribunal Supremo, el nombramien­to de Alay tiene una derivada política clara ya que este era uno de los acompañant­es de Puigdemont cuando fue detenido en Alemania. Alay es una de las personas de la máxima confianza del expresiden­te autonómico y, actualment­e, está siendo investigad­o en la Audiencia Nacional, precisamen­te por presuntame­nte colaborar con un fugado de la Justicia.

Oficinas de expresiden­tes

Con la activación de la oficina de Puigdemont, la Generalita­t asumirá el coste de cuatro estructura­s administra­tivas correspond­ientes a cada uno de los expresiden­tes autonómico­s, menos Jordi Pujol –quien renunció a la oficina y al sueldo en 2014, tras confesar que había defraudado a Hacienda durante años–.

Así, según datos oficiales de 2017 –último año cerrado presupuest­ariamente– Artur Mas cobró 117.540,64 euros y su oficina (en el Palau Robert y de titularida­d pública) tuvo un gasto de 54.266,26 euros; la oficina de José Montilla (en la avenida Diagonal, con un alquiler de 96.281,83 euros al año) destinó 42.604,4 euros y el exlíder del PSC no cobró de la Generalita­t ya que es senador de designació­n autonómica; y Pasqual Maragall cobró 88.155,48, como pensión vitalicia (el 60 % del sueldo que tuvo como presidente de la Generalita­t) y su oficina (en la calle Brusi, con un alquiler de 12.072,47 euros al año) tuvo un coste de 30.301,64 euros.

Informe Cs ha pedido un informe al considerar que «es ilegal colaborar con un prófugo de la Justicia»

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EFE Alay (centro), llegando a la Audiencia Nacional, acompañado por sus abogados, en junio pasado

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