El Gobierno renuncia a sanear del todo las cuentas en 2021 para elevar el gasto
El Ejecutivo revisa la meta de ese año de un superávit del 0,1% a un déficit público del 0,4% El alza del impuesto de Sociedades afectará a empresas que facturen más de ocho millones
La relajación de los objetivos de déficit público acordada por el Gobierno socialista con la Comisión Europea conlleva retrasar en al menos un año el saneamiento completo de las cuentas públicas. La nueva senda de consolidación fiscal prevé que en 2021 España acumule todavía un déficit del 0,4% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al superávit del 0,1% que el Ejecutivo de Mariano Rajoy contemplaba alcanzar ya en ese ejercicio. O lo que es lo mismo, el conjunto de las Administraciones públicas no acabará con el déficit y llegará el equilibrio presupuestario al menos hasta 2022. Con este margen el Gobierno de Sánchez pretende elevar el gasto público para cumplir sus promesas sociales.
«Es una magnífica noticia que va a permitir a España conjugar la estabilidad presupuestaria con el crecimiento sostenible y el impulso a la agenda social», valoró ayer en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros la responsable de Hacienda, María Jesús Montero, quien justificó que los objetivos de déficit que había fijado al anterior Ejecutivo eran irreales e imposibles de cumplir. Esa afirmación se basa en las proyecciones de la Autoridad Fiscal Independiente (Airef), que ya alertaba del riesgo de incumplimiento de los compromisos fiscales.
Las nuevas metas pactadas por la ministra de Economía, Nadia Calviño, con las autoridades comunitarias prevén que el país cierre este año con un déficit del 2,7% del PIB en lugar del 2,2% que había fijado el Gobierno del PP. El tope de déficit para 2019 se eleva del 1,3% al 1,8%, del 0,5% al 1,1% en 2020 y de un superávit del 0,1% a un déficit del 0,4% en 2021.
Esto implica que, frente a la senda presupuestaria vigente hasta el momento, el Ejecutivo de Pedro Sánchez eleva en medio punto porcentual cada año esos objetivos y aplaza un ajuste
de 6.000 millones de euros este año.
«Los márgenes de actuación son estrechos, así que lo inteligente es acompasar la reducción del déficit con el impulso presupuestario. El crecimiento y el empleo no se tienen que ahogar por compromisos imposible de cumplir», reiteró Montero, que explicó que tanto la Comisión Europea como el Banco de España ya alertaron en su día de que las metas a las que se había comprometido el Ejecutivo de Rajoy con Bruselas se iban a incumplir.
De mantenerla, dijo la ministra, España
hubiese tenido que hacer un ajuste de 11.000 millones de euros. Esto, según cálculos de la Administración socialista, hubiese lastrado el crecimiento de la economía nacional en un 0,5%, con el consecuente impacto en
la creación de empleo. Como fuere, ya en 2019 el Ejecutivo del PSOE tendrá que recortar el déficit del 2,7% al 1,8%, esto es, en casi 10.000 millones, entre lo que aporte el ciclo económico y los nuevos ajustes. Teniendo en cuenta que Montero anticipó que los Presupuestos Generales del Estado para 2019 serán «sociales y redistributivos», es decir, unos presupuestos expansivos y por tanto de más gasto, buena parte de ese ajuste procederá previsiblemente de la batería de subidas de impuestos que prepara el Gobierno.
Subidas de impuestos
Hacienda trabajará en lo que queda de año en el diseño de nuevos tributos a las compañías tecnológicas y a la banca y hará una modificación del impuesto de Sociedades para elevar la tributación de las grandes empresas. Todos estos nuevos tributos se irán desarrollando a lo largo de las próximas semanas, según concretó Montero, pero tendrán vigencia a partir de 2019, ya que es necesario aprobar una ley específica para los nuevos gravámenes a tecnológicas y entidades financieras y la revisión de Sociedades se incluirá en los Presupuestos de ese año.
«No se van a subir impuestos ni a los ciudadanos ni a pymes y autónomos, sino a grandes sociedades que de forma comparativa pueden aportar más», recalcó la ministra respecto a
El ajuste del déficit en 2019 se hará en buena parte con las subidas de impuestos
los cambios en Sociedades. Los planes del Ejecutivo pasan por elevar el tipo mínimo para las grandes empresas y simplificar las deducciones que se aplican a día de hoy.
Esta medida, según avanzó Montero, afectará a aquellas empresas con una facturación anual superior a los ocho millones de euros. Según datos del INE, el 97,6% de las empresas tiene ingresos menores a 2 millones de euros anuales, el 1,8% facturan entre 2 y 10 millones, el 0,4% ingresa entre 10 y 50 millones y únicamente el 0,1% tienen una facturación superior a los 50 millones de euros.
Montero avanzó que el primero que podría aprobarse y de forma inminente es el gravamen a las empresas tecnológicas, que según los planes del Ejecutivo es llevarlo al Consejo de Ministros en los próximos días. Hacienda detalla que lo que se gravará será la actividad publicitaria online y las plataformas digitales de intermediación entre usuarios.
Algo más tiempo podría llevar la aprobación del impuesto a la banca, cuyo diseño se concretará a lo largo de este año, según Montero. Además, Hacienda detalló que la equiparación del precio entre el diésel y la gasolina no se hará de golpe sino progresivamente.