LA EXCEPCIÓN DE LOS HEREJES
Las esperanzas que alumbró el nombramiento de Nadia Calviño como ministra de Economía se han desvanecido en pocas semanas. En su anterior puesto en Bruselas, actuaba como «ama del calabozo presupuestario», encargada de vigilar y, cuando era necesario, imponer la disciplina presupuestaria. Pero ha traspasado la línea que separa a la Policía de los... incumplidores y ahora negocia no ya la imposición de la ortodoxia, sino la excepción de los herejes.
Como anunció ayer su colega, la ministra de Hacienda, el déficit se relaja en medio punto, lo que libera casi 6.000 millones de euros. El Gobierno del buenismo podrá seguir practicando su bondad. Habrá dinero para casi todo. Para las pensiones, la universalización de la sanidad, la eliminación de los copagos, la recuperación pública de la autopistas y, tras sufrir el embate de Donald Trump, hasta para subir el porcentaje que supone la defensa en el PIB.
¿La fórmula mágica? La de siempre, más déficit y nuevas subidas de impuestos. El Gobierno podría haber mostrado algún pequeño signo de contención del gasto, de eliminación de alguna de las innumerables duplicidades competenciales, de la mejora de la eficiencia en algunos capítulos, pero no. Res de res, que diría el amigo catalán a quien antes llamábamos Le Pen y ahora recibimos en La Moncloa y paseamos por sus jardines. Peor, como ya nos han dicho que «España no tiene un problema de gasto, sino de ingreso» pues ampliamos en cuatro las carteras ministeriales, con su abigarrada corte de altos cargos, consejeros, asesores y demás personas imprescindibles ¿para administrar mejor la cosa pública? No, por Dios, ¡que ocurrencia!, para solucionar el empleo de «friends & family».
Seguimos sin tener el mínimo respeto por el déficit público y la deuda acumulada. Ni siquiera ahora, cuando atisbamos por el horizonte cercano una subida de tipos que va a poner en un pico el servicio de la deuda. ¿Qué pasará con ella cuando eso suceda y cuando el BCE deje de comprar bonos en cantidades hipopotámicas? ¿Hay alguien en este país preocupado por ello? Seguro que muchos, pero ninguno de ellos han tenido la suerte de entrar en el Gobierno buenista de Pedro Sánchez. Será porque son malos...