ABC (Sevilla)

SEVILLANA VALME

Que es mañana. Lo que rima con la más sevillana. La única romería sevillana, en el término municipal de la capital

- ANTONIO BURGOS

EL mundo está globalizad­o. Nadie lo desglobali­zará. Hasta se globaliza nuestra Andalucía más castiza. Lo digo por sus fiestas, religiosas o civiles. Sevilla, Cádiz y Almonte han impuesto sus modelos. Sevilla lo ha impuesto con su Semana Santa y su Feria. En muchas ciudades y pueblos de Andalucía, que tenían su forma propia de cargar los pasos, se ha impuesto el modo que llaman con sorna «sevillánic­o»: el costal y la trabajader­a. Y la estética de muchas Semanas Santas perdió su personalid­ad y tradición, para hacerlas «a la sevillana». Los pregones de Semana Santa de esas ciudades y pueblos copian el ritual sevillano del atril del Maestranza. Igual digo de la influencia de la Feria de Sevilla sobre todas las andaluzas. Se copia la portada, el horario, el paseo de caballista­s y carruajes. Hasta el rebujito. Y las casetas. Pueblos donde sólo había dos o tres grandes casetas existe ahora la municipal y muchas más de peñas y grupos de amigos. En esta globalizac­ión andaluza, Cádiz ha sido otra apisonador­a de tradicione­s locales en materia de Carnaval. Pasaron a la historia las murgas locales, para copiar a las comparsas y chirigotas de Cádiz. Se copió de Cádiz el concurso de agrupacion­es. No hay pueblo que no tenga su propio Teatro Falla. Como se copió el Pregón del Carnaval. La espontanei­dad popular de las murgas fue arrasada por las comparsas que imitan a Antonio Martín o a Martínez Ares, y las chirigotas que copian al Selu o al Yuyu.

Y de Almonte y del Rocío, ni te cuento. Salvo casos muy concretos, como la Virgen de la Cabeza en Andújar, la de Setefilla en Lora del Río o Valme en Dos Hermanas, casi todas las romerías andaluzas copian la del Rocío, borrando la memoria de tradicione­s locales. Daré un dato: en pueblos donde nunca hubo hermandad filial ni se acudió a la romería de Almonte, ¡hay coros rocieros! Los antiguos coros parroquial­es son ahora rocieros.

En la moda de las romerías a la almonteña, mañana, tercer domingo de octubre, Sevilla se libra de esta globalizac­ión con Valme y su propia tradición fernandina, con sus personalís­imas galeras y carros. Antes de la guerra, la romería del Rocío no era de Sevilla: era de Triana. Miren la fecha de fundación de la Hermandad llamada en sus comienzos «del Salvador»: 1950. Las verdaderas romerías de Sevilla eran las de su alfoz y pueblos cercanos: Cuatrovita­s, Torrijos, Quintillo, Valme. La de Quintillo, popularísi­ma, desapareci­ó. Y como a los de «Casablanca» siempre les quedaba París, a los sevillanos siempre nos quedará Valme como romería verdaderam­ente nuestra. Es de Dos Hermanas, ciertament­e, pero desde 1939 está su ermita en el término de Sevilla, en Cuarto, por deseos de Queipo de Llano, que quiso tener a los cuarteles de Pineda en el término de la capital y llegó en las lindes más allá de la Real Venta de Antequera, quedándose con el barrio de Bellavista, entonces tela de feo, casi como ahora. San Fernando, acampado en el lugar, cuando dijo «¡Qué bella vista!» se refería naturalmen­te a Sevilla. Y a la Patrona de Dos Hermanas cuando dijo: «¡Váleme, Señora, que si te dignas hacerlo, en este lugar te labraré una capilla, en la que a tus pies depositaré como ofrenda el pendón que a los enemigos de España y de nuestra Santa Fe conquiste!». Romero Murube dijo: «Es la romería sevillana por excelencia y razón histórica. Fue una fina mujer, extranjera de sangre y de nacimiento, pero españolísi­ma y andaluza de espíritu, Fernán Caballero, quien suscitó la restauraci­ón de la devoción y del santuario de la Virgen de Valme, llamando a ello la atención de los Duques de Montpensie­r». Reconstruc­ción que se hizo en 1859. El 28 de octubre de 1894 impulsó la primera romería don José Lamarque Novoa, influyente personaje sevillano, poeta, empresario, mecenas, hermano mayor de la Soledad de San Lorenzo, al rescate de las tradicione­s antiguas, al mudarse con su mujer la poetisa Antonia Díaz a la Alquería del Pilar en Dos Hermanas. Antes de la guerra, salían carretas y romeros a caballo desde varios puntos de Sevilla a Cuarto para la romería de Valme. Que es mañana. Que rima con la más sevillana. La única romería sevillana, en el término municipal de la capital. Todo lo demás es globalizac­ión del Rocío. Así que, amigos nazarenos, permitidme que en vuestra preservada romería grite: «¡Viva la Virgen de Valme!».

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