Bruselas recrimina a Sánchez que dispare el gasto más de lo previsto
∑ La Comisión Europea afirma que el borrador que le ha enviado el Gobierno no sirve
Elaborar un documento con el que intentar engatusar a la Comisión Europea haciendo creer que se trata de un plan presupuestario es una labor más complicada que la de hacer una tesis doctoral sobre economía en cierta universidad. El Gobierno de Pedro Sánchez insiste en que la reprimenda que el Ejecutivo comunitario le propinó ayer tarde no es tal y se escuda en que en anteriores ocasiones también hubo una carta con objeciones y que este año en lugar del comisario la firma un director general. Es cierto. La firma el director general Marco Buti y no su superior, el comisario Pierre Moscovici (igual que las que se han enviado a otros países).
Pero el contenido no deja lugar a ninguna complacencia. Lo que le dice la Comisión es que lo que ha remitido el Gobierno no es un presupuesto ni nada que se le parezca y que las pocas cifras que asoman allí no se alinean ni de lejos con las expectativas de Bruselas.
La carta de la Comisión, conocida públicamente ayer por la tarde a última hora, está dirigida al secretario general del Tesoro, Carlos San Basilio, y responde a las más de sesenta páginas que el Gobierno envió el pasado lunes con un rotundo suspenso por incomparecencia. «Tomamos nota de que el borrador presupuestario no contiene una imagen completa de las medidas que planea el Gobierno. Como sabe, las normas de sobre formato y contenido aplicables en la presentación del borrador presupuestario están recogidas en el Pacto de Estabilidad. Por lo tanto, sería importante proporcionar a la Comisión Europea toda la información necesaria sobre las diversas medidas, en particular lo que se refiere a su impacto presupuestario, con el fin de facilitar nuestra evaluación». El plazo para ello termina el lunes.
Después de entrevistarse al jueves con el propio presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, el presidente del Gobierno se atrevió a decir en Bruselas que el documento que había enviado su Gobierno había sido «bien recibido» y que a él le habían transmitido un «mensaje de confianza en el compromiso europeo» de España, a pesar de que las escasas filtraciones que se conocían de la carta publicada hoy ya anunciaban todo lo contrario.
El documento tiene un carácter técnico y no es de las características de la que también se ha enviado a Italia (firmada esta vez por el vicepresidente Valdis Donbriskis y el comisario Pierre Moscovici) porque en su caso se trata de un requerimiento formal en el que apremian a las autoridades italianas a dar explicaciones y tomar medidas concretas so pena de que la situación actual tenga consecuencias graves. Pero aún y todo está muy lejos de la «impresión de confianza» que había dicho detectar Pedro Sánchez en sus interlocutores. Y en cuanto a deberes, además de rehacer el borrador, le advierte que no aceptará el aumento del gasto que aparece en el documento rechazado. «Tomamos nota –dice la carta– de que el borrador proyecta una tasa de crecimiento nominal de los gastos primarios netos de un 1.7%, lo que supera el incremento máximo recomendado de 0.6%. El esfuerzo estructural planeado en 2019 representa el 0,4% del PIB, que está por debajo del 0.65% del PIB requerido en las recomendaciones del Consejo del 13 de julio de 2018. Sobre la base de la limitada información disponible, no se puede excluir un riesgo de alguna desviación del esfuerzo requerido». La Comisión tampoco se cree («duda» es la palabra) las proyecciones de reducción de deuda y advierte de que el borrador tiene que ser lo más cercano posible a lo que se va a discutir en el Congreso, tal y como adelantó ABC. Sin embargo, en su respuesta el Gobierno insiste en estas cifras y afirma que su plan presupuestario «se sitúa dentro de los márgenes de flexibilidad previstos por el Pacto de Estabilidad» y que además «se ajusta a las normas de estabilidad comunitarias».
«Sería importante proporcionar a la Comisión toda la información necesaria» sobre el Presupuesto