El Gobierno evita comprometer ayudas para paliar los efectos de Filomena
El Ayuntamiento considera que debe declararse zona afectada gravemente por una emergencia de protección civil El Ejecutivo defiende que de momento estamos en una fase de respuesta y hay que evaluar los daños concretos
os efectos del temporal han superado los escenarios más agresivos con los que trabajan las administraciones. Y su profundidad y prolongación en el tiempo amenaza con un nuevo choque político que de momento se mantiene soterrado por una emergencia que todavía está descontrolada, como reconocieron ayer desde el Gobierno. Y en un momento en que las medidas todavía van en ascenso, como ejemplificó ayer la Comunidad de Madrid al suspender hasta el próximo lunes 18 las clases presenciales en los colegios.
LEn las primeras horas de la emergencia la actuación fue coordinada, según corroboran las administraciones implicadas. Y sobre el terreno aseguran que lo sigue siendo. Las diferencias llegaron con el planteamiento del alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, respecto a la posibilidad de declarar Madrid como zona catastrófica tras la gran nevada. La posición del consistorio que dirige José Luis Martínez-Almeida es la misma que el pasado domingo: no hay nada decidido y aún evalúan esa posibilidad para hacer frente a los efectos del temporal. Fuentes municipales explicaron a ABC que en este momento se concentran en hacer un balance general de los daños, algo que tardará varios días más, habida cuenta de que ha de revisarse el arbolado (de momento se han contabilizado 150.000 ejemplares dañados, el 20% de los ubicados en calles), tejados, cornisas, locales, colegios, centros deportivos... Solo cuando se haya hecho una radiografía general se solicitará, si es pertinente, tal catalogación al Ejecutivo. «Lo primero es sacar adelante la ciudad», indicaron desde Cibeles, volcados en la retirada de las ingentes cantidades de nieve que todavía siguen en buena parte de las más de 9.000 calles de la urbe.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, hizo el pasado domingo un balance muy benevolente al asegurar que «no hay daños importantes a bienes públicos ni privados». Pero ayer el Gobierno empezó a corregir su postura y a dejar la puerta abierta a esta posibilidad. «Hace falta tener una dimensión real del impacto de los daños, qué se ha visto afectado y cómo se ha producido».
Fase previa
Marlaska asumía esa posición de no descartar por completo esa posibilidad: «Estamos en fase de respuesta y de garantizar que los servicios públi