VÍCTIMAS Y VICTIMILLAS
La disputa de Sánchez con Madrid provoca los roces del presidente con dirigentes del PSOE
El pulso que mantiene Pedro Sánchez con el Ayuntamiento de Madrid ha terminado provocando un enfrentamiento del presidente del Gobierno con cargos públicos del propio PSOE que se ven sin recursos para afrontar en sus territorios los daños del temporal. El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y diversos alcaldes socialistas han elevado ya su voz reclamando las ayudas que supone esta consideración. Por su parte, Pablo Casado ofreció ayer a Sánchez una tregua política para paliar los daños de Filomena.
La primera fase contra la Gran Nevada se solventó con cierto éxito: evitar cualquier gran tragedia sobrevenida en las primeras horas, cuando cogió a los ciudadanos con el pie cambiado en las calles y de vuelta a casa. Se consiguió, más allá de las tres lamentables víctimas mortales, pero bien pudiera haber ocurrido un percance de mayores consecuencias. La segunda fase, ay, se está presentando más complicada. La vuelta a la actividad debería contar con un consenso cerrado de partidos e instituciones, pero la polarización alcanza incluso a los desastres naturales. El Gobierno está siendo cicatero con Madrid, así de claro, y resulta difícil entender qué distingue la última nevada de las torrenciales avenidas de agua del litoral mediterráneo. La misma destrucción física, el mismo perjuicio económico, los espacios públicos alterados, la agricultura tirada, horas de trabajo perdidas, la caldera que no va, los techos hundidos. La diferencia no está pues en la climatología sino en la rivalidad política.