Decenas de positivos tras una fiesta de pijamas entre «zagales»
El alcalde señala que la edad media de los contagiados es de 22 años
Antonio Martín Melero, alcalde de La Puebla de Cazalla, destacó ayer que el aumento de contagios en esta localidad ha sido una «sorpresa negativa». Esperaba que después de las fiestas navideñas subieran los contagios pero no hasta los niveles que hay en la actualidad, posiblemente en esta semana se supere el centenar de casos. El origen está en una fiesta de pijamas «de un montón de zagales» y otra que se organizó en el campo, según informaron al regidor morisco las autoridades sanitarias.
«No me atrevería a decir que ha habido un solo foco de contagio, sino varios. La edad media de los contagiados es de 22 años, al parecer habían participado en una fiesta de pijamas y otra que se organizó en el campo. Hay de otras edades pero la media es esa», detalló Antonio Martín, siempre citando la información que llega desde el centro de salud de la localidad. Y el problema está para él en que los jóvenes han introducido el coronavirus en viviendas donde hay personas mayores de más riesgo.
El primer edil morisco negó que estos contagios sean del bar de La Puebla que fue noticia estas navidades en el que denunciaron aglomeraciones. «Aquí no ha ocurrido ni parecido a lo que se ha visto en el centro comercial de Marbella; en este bar pudo haber de 20 a 25 personas». No obstante, la Policía Local levantó acta y no «hubo ni que decirle a la propietaria que cerrara, lo hizo antes de Nochevieja», aseguró el alcalde.
Como en otros pueblos, los responsables municipales moriscos esperaban que, después de las fiestas navideñas, subiera el número de contagios pero no hasta el punto de convertirse en uno de los pueblos con la tasa más alta de casos alcanzando casi los 900 (874) por cada cien mil habitantes, 96 contagios en las últimas dos semanas.
El alcalde está en continuo contacto con la delegada de Salud y Familia, Regina Serrano, pero en estos momentos la ley no permite aplicar más medidas que las realizadas. «Seguimos con las primeras restricciones, todavía no hemos abierto los parques ni las escuelas deportivas y los comerciantes del mercadillo tuvieron que recurrir al Defensor del Pueblo para que los dejara instalar los puestos», puntualizó.
La Policía Local de La Puebla denuncia a quien infringe la Ley pero para el mandatario local «esta no es solución, porque una vez que una persona la infringe lo mismo ya ha contagiado a su círculo cercano». En esta tercera ola que La Puebla de Cazalla vive con intensidad en cuanto al número de contagios, la única razón posible de estas cifras para el alcalde es que «la gente ve cercana la solución con la vacuna y se han relajado».
Desinfección con tractores
El próximo sábado, con la ayuda de los agricultores, volverán a desinfectar las calles de la localidad, «aunque no hemos parado de hacerlo en los lugares donde se acumulaba más gente. Pero quieren que el efecto sea más disuasorio y «que la gente se quede en casa cuando vea los tractores en la calle».
Al respecto de esta situación sanitaria, Martín Melero cree que hay mucha incertidumbre todavía en la población: «Tenemos los mismos científicos que hace cinco años y si antes se necesitaban cuatro años para tener una vacuna en el mercado, no creo que en un año se haya conseguido que sea cien por cien efectiva».
Esta incertidumbre en los próximos meses recaerá también sobre el sector económico. Los ayuntamientos están soportando una presión que provoca en los gobernantes locales «desazón». «El presupuesto que estamos intentado elaborar en La Puebla, más ficticio no puede ser, proyectamos como si fuera a haber de todo pero no será así. Aquí hemos previsto hacer un fondo Covid para intentar no realizar muchas modificaciones en las cuentas», adelantó el alcalde.