El libro de la ciudad invisible
Un equipo de historiadores y geógrafos relata la historia de Sevilla a través de sus sucesivas transformaciones urbanas
ecir que el libro «Sevilla. Historia de su forma urbana. Dos mil años de una ciudad excepcional» es un relato, apasionado como corresponde a los que están enamorados, de la historia de la ciudad a través de sus transformaciones urbanas es muy poco.
La reseña de su presentación tampoco ayudará mucho en la consideración de esta obra colectiva que un grupo de historiadores y geógrafos de las universidades sevillanas ha puesto en pie con un esfuerzo digno de encomio que les ha llevado siete años de trabajos desde que alumbraron la idea en 2013 hasta su publicación en una edición no venal sufragada por la Fundación Cajasol y la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla.
Pero empezaremos a vislumbrar la magnitud del empeño de divulgación, sin apear en ningún momento el rigor académico ni la exactitud científica, si decimos que se trata de un paseo por las ciudades invisibles que forman Sevilla. Italo Calvino tiene un librito titulado precisamente así, «Las ciudades invisibles», donde glosa urbes que sólo existen en su desbordante imaginación.
Sólo que aquí, las Sevillas invisibles de las que da cuenta el volumen existieron realmente en algún momento
Dde la historia, de esos más de dos mil años de asentamiento humano junto al bajo Guadalquivir. Sus rastros están ahí, pero no necesariamente a la vista, como sucesivas reescrituras del palimpsesto que es el urbanismo. La virtud del libro, a medio camino entre la guía para viajeros y el ensayo teórico, es su capacidad para ir leyendo la ciudad no con los pies a base de paseos sino a través de las cuatrocientas páginas y miles de imágenes que conforman el volumen, en cuyo fronontispicio dejó José María Feria, uno dede los coordinadores, una bella cita del filósofo sevillano Emilio Lledó: «El li-libro es un recipiente donde reposaa el tiempo».
Y en «Sevilla. Historia de su forma ma urbana» reposa el tiempo de una ciuiudad excepcional, en el sentido que pueuede leerse en el prólogo: «Cada ciudad ad es singular en su historia y forma ur-urbana, pero pocas reúnen como Sevivilla historias y elementos urbanos tan an diversos y tan complejamente entrereverados». Así, Sevilla contradice lala histórica referencia funcionalista de que la función antecede a la forma. a. En el caso de la Hispalis romana, la a Isbilya hispanomusulmada y, sobre e todo, la Sevilla del Seiscientos, la for- ma marcó indefectiblemente la fununción de seguro puerto de Indias.
El libro sigue un orden cronológico distribuido en siete grandes épocas: «La ciudad y sus fundamentos», del siglo I a.C. al año 900; «Una ciudad en la historia», centrada en la época medieval hasta 1450; «Donde late el corazón del mundo», en los dos siglos deslumbrantes de la aventura americana; «Luces en la penumbra», adentrándose en el declive posterior a la gran epidemia de peste hasta 1840; «Una modernización tardía», que abarca todo el siglo XIX y parte del XX hasta la riada del Tamarguillog queq marca
el hito de la nueva ciudad; «La ciudad que habitamos», concentrando los años de transformación acelerada entre 1960 y 1985 y «Sevilla metropolitana», a partir de esa última fecha con la Expo92 llamando a las puertas del cielo de la ciudad. Un epílogo en forma de proyección al futuro cierra la obra.
La obra es el resultado de un proyecto realizado por un equipo multidisciplinar de una decena de especialistas, geógrafos, historiadores, arqueólogos, ecólogos, de las universidades Pablo de Olavide, de Sevilla y de Huelva e investigadores independientes, integrado por Gonzalo Acosta, F. Borja Barrera, Antonio Collantes de Terán, José Díaz Quidiello, J. M. Feria Toribio, Enrique García Vargas, José María Miura, Francisco Ollero, Fernando Olmedo y Fernando Sancho Royo, a los que se ha sumado la intervención de diseñadores, cartógrafos, fotógrafos y otros profesionales.
Amsterdam, de modelo
Como precedentes más inmediatos del libro, hay que citar el «Atlas Urbano de Andalucía» de la Consejería de Obras Públicas; el clásico de Morris sobre «Historia de la forma urbana»; y, sobre todo, el libro de Fred Feddes sobre Amsterdam, del que casi calca su título además de su pretensión divulgadora. Feria Toribio destacó que se trata de un «libro para tomar a tragos» que ha huido de la estirada pretensión académica para que sea asequible al gran público, tanto al especialista en ordenación del territorio como al simple viajero que una noche de invierno llegara a Sevilla, por ahondar en la estela de Italo Calvino. Olmedo, responsable de la edición gráfica con centenares de fotos, grabados, imágenes y mapas digitales, explicó que la intención era lograr «una fórmula híbrida con un formato medio y una carga gráfica importante para llegar a un público generalista». De hecho, se planeó una exposición con parte del acopio gráfico.
En la presentación, los coordinadores honraron la memoria de tres nombres propios: los de Emilio Molina, gerente de Urbanismo, que impulsó cuantoto pudopu el proyecto; Rafael Valencia, director d de la Real Academia de Buenas B Letras donde se reunía el equipo e redactor; y el fotógrafo Atín Aya, A prematuramente desaparecido, ci una de cuyas imágenes de la vidavi cotidiana en la calle Sierpes sirve sir de contraportada. «Estamos ante un proyecto ambicioso bic y útil desde el punto de vistata académicoa y científico y también como com referencia para las administraciones trac públicas a la hora de adoptar decisiones de gestión sobre el territorio», rrit dijo Espadas en el acto de presentación. pres Por su parte, Antonio Puli Pulido, presidente de la Fundación Caja Cajasol, destacó que se trata de «una hoja de ruta que nos permite compren prender mejor la historia de Sevilla». En realidad, el libro podría ser una excepcional excep guía de un hipotético museo de la ciudad. De un invisible museo de las Sevillas invisibles.