Los carteles del asalto al Capitolio se convertirán en piezas de museo
El Smithsonian catalogará esas obras como testimonio de un episodio histórico, tan bochornoso como trascendente
Las proclamas eran impactantes. «¡Que les corten la cabeza!» «¡No al fraude!» «Trump 2020». El instituto Smithsonian de Washington, que gestiona los museos públicos federales de Estados Unidos, amasa y ya atesora una nutrida muestra de carteles y banderolas empleados en la insurrección de hace una semana, durante la cual fue saqueado el Capitolio. Tras analizarlos y catalogarlos, el Smithsonian añadirá esos carteles al Museo Nacional de Historia Americana, como testimonio de uno de los episodios más bochornosos y a la vez trascendentes de la historia reciente de esta nación.
No son los únicos que amasa el Smithsonian. En verano, sus archivistas ya comenzaron a recopilar, examinar y catalogar carteles y banderolas de la protesta racial y del movimiento Black Lives Matter (en inglés, «las vidas negras importan»), que volvió a tomar las calles tras la muerte a finales de mayo de George Floyd, un hombre afroamericano que se encontraba bajo custodia policial en Minneapolis. De este modo, el Museo de Historia Nacional tendrá todo un catálogo de instrumentos de protesta que han definido la era Trump.
El Museo Nacional de Historia Americana contiene un verdadero tesoro de objetos relacionados con el nacimiento y desarrollo de Estados Unidos, como la bandera que ondeó de Fort McHenry en la guerra de 1812 o los archivadores rotos en el hotel Watergate en 1972. Una gran parte de ese museo está dedicada a la historia de la presidencia, y otra a la protesta y la desobediencia civil. Lo que no hay, porque no existió hasta ahora, son carteles llamando a la insurrección en contra del resultado de unas elecciones.
En el saqueo de hace una semana, la turba vandalizó varias estatuas del Capitolio, colgándoles gorros y banderolas con el nombre de Trump. Varios bustos fueron pintarrajeados, y otros quedaron cubiertos de sangre. El arquitecto del Capitolio que se encarga de la conservación de las obras de arte ha hecho un inventario de los daños y, de momento, no hay nada irreparable. Sí que va a haber que limpiar varias esculturas y muchos lienzos dañados por las bombas de humo y el gas lacrimógeno empleado en el interior.
Quedaron cubiertos por una sus