Colaboración
tancia corrosiva la estatua de mármol de Thomas Jefferson y los retratos de James Madison y John Quincy Adams, todos ellos presidentes durante la forja de la nación. Están todos ellos siendo limpiados y restaurados para evitar daño permanente, según las autoridades del Capitolio. Son mayores los daños al mobiliario del edificio, sobre todo a ventanas, muebles y los mosaicos del suelo.
Sobre la acumulación de carteles y demás material de protesta, el Smithsonian ha pedido la colaboración de la ciudadanía. La directora del Museo Nacional de Historia Americana, Anthea Harting, ha solicitado a quienes tengan en su posesión material que pueda ser interesante para esta colección que envíen fotografías para que las estudien los archivistas. Ese material no se considera desde el punto de vista artístico, sino que lo procesa el departamento de historia política y militar. «Como institución, tenemos el compromiso de comprender cómo los estadounidenses fuerzan el cambio. Estas elecciones han ofrecido ejemplos notables del dolor, y las posibilidades que convergen en el proceso de analizar el pasado y dar forma al futuro», dijo Harting al anunciar esta iniciativa. «Los conservadores del departamento de Historia Política y Militar del museo continuarán documentando las elecciones de 2020, en medio de una pandemia mortal, e incluirán objetos que ayudarán a generaciones venideras a recordar y contextualizar el 6 de enero y sus secuelas».
Los hechos del 6 de enero son el primer asalto al Capitolio desde la guerra con los británicos de 1812, cuando ese edificio, sede del poder legislativo, fue saqueado y la Casa Blanca, incendiada. La insurrección de este año dio imágenes que también se archivarán en el museo de historia, como cuando Jake Angeli, de 33 años, asaltó el Senado a pecho descubierto, con dos cuernos en la cabeza, y se tomó fotos encaramado en el asiento del vicepresidente.
La huella de los presidentes
El Museo Nacional de Historia Americana suele acumular objetos de valor histórico de cada presidencia. De los Trump tienen de momento uno de los vestidos que llevó la primera dama, Melania Trump, durante los fastos de la toma de posesión de su marido en 2017. De momento, el presidente saliente no ha cooperado excesivamente con los archivistas y los museos que deben recibir los registros de su presidencia y, en principio y si él se presta, dos retratos oficiales.
También acumula este centro material de las campañas políticas, y desde 2016 ha catalogado todo tipo de propaganda de Trump, incluida su icónica gorra roja con las letras «Make America Great Again», el lema de una campaña que desembocó en una insurrección.
El Museo Nacional de Historia ha pedido ayuda ciudadana para reunir carteles de protesta
Los daños causados en el Capitolio no son irreversibles, según los conservadores