¿A qué espera la sociedad civil?
Tras observar muy templadamente a esta sociedad española, desde la Transición a nuestros días actuales, recojo la impresión inequívoca de que, en una mayoría aplastante, ha perdido todas las virtudes de una sociedad de alto grado de formación.
No quiero entrar, no por miedo, en señalar algunas de las innumerables cuestiones sucedidas en España entera, pues corresponde señalarlas a los profesionales preparados con los conocimientos en cada tema. Pero lo que es la ciudadanía sí tiene la obligación de defenderse de los manejos políticos ideológicos, con ánimo e intención descarada de destrucción de la conciencia de las personas para manejarlas aún más, pues una vez conseguida la indiferencia y egoísmo personal, el trabajo lo han conseguido. función de quién gobierne cada administración, para eludir la responsabilidad de las consecuencias que afecten a los ciudadanos. El mayor temporal de nieve que ha sufrido Madrid en al menos cincuenta años no escapó a esa refriega política. Mientras miles de ciudadanos permanecían atrapados en las carreteras, algunos pasando toda la noche en el vehículo junto a sus familias sin que nadie acudiera a prestarles ayuda, los gabinetes políticos preparaban ya las estrategias para escurrir el bulto. Aunque los meteorólogos llevaban días anunciado que Filomena haría historia, las declaraciones previas de algunos responsables políticos se acercaron más a la prepotencia que a la concienciación de la ciudadanía ante el peligro que se avecinaba. Madrid parecía Siberia y el presidente Sánchez no compareció hasta que había cesado de nevar, a ponerse flores.
GENARO NOVO