ABC (Sevilla)

«¡Vamos a 200 por hora y no lo cogemos! ¡Corten la autovía!»

El agresor de las chicas de Cártama estuvo a punto de atropellar a un agente en su huida

- J. J. MADUEÑO MÁLAGA

Un radar localizó a José Arcadio D. N., «el Melillero», en Casabermej­a (Málaga) el pasado miércoles por la noche. Es el pueblo del que es natural su exnovia, a la que el martes roció con ácido junto a una amiga de ella, en el municipio malagueño de Cártama. En ese punto comenzó una trepidante persecució­n por buena parte de la Costa del Sol, a través de la A-7, para poder detenerlo, pero no fue posible. «¡Va a 200 kilómetros por hora! ¡Va muy rápido!», gritaba un agente por la emisora del coche en pleno seguimient­o.

Era el momento en el que acababa la travesía por Málaga capital, a la altura del centro comercial Plaza Mayor, en dirección a Torremolin­os. «¡No lo cogemos! ¡Va a mucha velocidad! ¡Corten la autovía! ¡Vamos a 200 y no lo cogemos! ¡Unidades que puedan cortar la autovía!», pedían desde el coche patrulla de la Guardia Civil, que indicaba que ellos iban por el centro comercial, pero que el sospechoso debía circular por Torremolin­os o a punto de llegar a Benalmáden­a. «¡Nos lleva mucha ventaja!», decía el agente, mientras la sala trataba de reunir dotaciones para intercepta­rlo.

En el control para pararlo se escabulló. Los agentes dispararon al aire de forma disuasoria, pero fue inútil. El sujeto casi atropella a un policía dándose a la fuga en la A-7. «Nosotros nos pusimos delante en la autovía, pero lo tuvimos que dejar pasar», afirmaba la Guardia Civil por radio, mientras desde los coches patrulla se añadía: « ¡ Venía a 200 y pico! ¡Nos embestía! ¡Nos llevaba por delante!», añadía el agente, que resignado espetaba un « lo hemos perdido». «Arroyo de la Miel, Fuengirola… Es imposible. El coche tiene mucha más velocidad que el nuestro», explicaban a la sala de coordinaci­ón desde los vehículos oficiales.

El Volkswagen Golf gris oscuro, del que se había bajado en Cártama el martes para rociar de ácido a Sandra y Cristina, las dos víctimas, llegó a Mijas sobre las 21.00 horas y se salió en dirección al cementerio musulmán, donde el Melillero abandonó el vehículo, que fue encontrado casi dos horas después. Sin embargo, allí no había rastro del sospechoso. No se sabe si pudo escapar a pie, si lo estaban esperando o si pudo robar otro coche para emprender la huida de nuevo.

Ayer decenas de patrullas continuaro­n buscándole, estrechand­o sobre este individuo el cerco para poder detenerlo. Pero de manera infructuos­a.

Se sospecha que puede haberse refugiado en la casa de algún conocido o familiar en Fuengirola o Mijas, lugar donde tenía fijada su residencia. Conoce perfectame­nte la Costa del Sol, adonde llegó desde Melilla siendo un adolescent­e y donde acumula un largo historial de fechorías violentas.

El coche fue trasladado al puesto de la Guardia Civil de Mijas para inspeccion­arlo en busca de cualquier rastro. Pese a los esfuerzos de los dos últimos días y de todos los cuerpos policiales, al cierre de esta edición el sospechoso no había sido aún detenido.

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EFE / CARLOS DÍAZ El Golf en el que huyó «El Melillero» y que dejó abandonado después de dar esquinazo a la Policía
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