México desenfoca la Conquista para utilizarla políticamente
se vislumbra como un año de celebraciones en la República de Estados Unidos Mexicanos en el que se exaltará el bicentenario de la Independencia mexicana, los 500 de la caída de Tenochtitlán y los 700 años de la Fundación Lunar de la ciudad. «Tres conmemoraciones históricas que recuerdan de dónde venimos y hacia dónde vamos», según declaraciones de Claudia Sheinbaum, la actual jefa de Gobierno de Ciudad de México. El problema estriba en que la política mexicana está desenfocando la conmemoración de la Conquista por motivos poco evidentes. Desde el lenguaje, se habla de «invasión»; desde los gestos, se exigen disculpas al Rey Felipe VI o al Papa, en nombre de los indigenistas; desde la historia, no acudiendo a los documentos originales sino a interpretaciones ideológicas o presentistas que hablan del Imperio español capitalista y el proletariado azteca en ciernes, como se sugiere en las más recientes obras de un historiador próximo al presidente, Enrique Semo.
Hasta doce eventos con los que se festejarán la «independencia y grandeza» del Estado aprovechando que Ciudad de México es formalmente Capital Iberoamericana de la Cultura. La epifanía se trasluce con sus alegatos sobre «la invasión», que sustituye a la conquista y el mestizaje que dio lugar al virreinato de Nueva España. A pesar de la «situación sumamente compleja» en la que se encuentra Ciudad de México con el regreso del semáforo rojo epidemiológico «con una alta saturación hospitalaria», el abuso español sale a relucir cada cierto tiempo.
Fechas que no coinciden
Según publicó la prensa mexicana, en una reunión en el Museo del Templo Mayor convocada por la Secretaría de Cultura local, hubo divergencias en los investigadores sobre el dictamen de la fecha de la Fundación Lunar: aunque muchos coinciden en 1325, las opiniones se dividieron entre 1324, 1325 o 1364, debido a que las fuentes no coinciden. Siguiendo la narrativa tradicional mexica, Quetzalmoyohuatzin, una joven hija de los mexicas y culhuas, dio a luz en la orilla sureste del ombligo de la luna, comenzó la fundación de Tenochtitlan, la capital del Imperio mexica, luego capital del virreinato y ahora capital el Estado mexicano. Su caída se produjo el 13 de agosto de 1521 cuando las tropas comandadas por Hernán Cortés y formadas en su mayoría por enemigos indígenas de los aztecas, como tlaxcaltecas y otros pueblos, tomaron la ciudad, eliminaron el suministro de agua y obligaron a los mexicas a rendirse.
El noviembre pasado, en la última visita de la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, evitó presentar disculpas por la Conquista española e insistió en la necesidad de construir relaciones bilaterales «sobre el pasado, pero mirando al futuro». Después de una reunión con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, en la que trataron el tema de los diferentes aniversarios, aseguraba que «intervendrán en los actos de celebración con eventos y reuniones». ¿De qué tipo? ¿Se tratará de desfiles militares conjuntos?
La ministra acudió a México con tres objetivos: la Cumbre de Países Iberoamericanos en Andorra, el futuro del Tratado de Libre Comercio entre la Unión Europea y México, que se podría firmar el año que viene, y de suma importancia para España y Portugal, y, por último, la reunión bilateral pospuesta desde 2018 y programada para principios de 2021.
Ya antes de la coalición del PSOE y Podemos, a finales de 2019, los entonces ministros Josep Borrell y José Guirao, de Exteriores y Cultura, respectivamente, hablaban de la política cultural en el exterior. Guirao aseguró que no había prevista conmemoración ninguna de Hernán Cortés con México porque «allí ese tema es complicado». Borrell, actualmente alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad desde 2019, salió al paso: «Se hará algo, no lo dude, aunque fuera complicado, porque no debemos dejarlo caer en el olvido. Fue un encuentro entre dos mundos. Debemos mantener contactos con intelectuales mexicanos, ellos saben que la llegada de los españoles y la guerra contra los aztecas alumbraron el México moderno», aclaró.
Atentados
Casi un año después, este lunes, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se dirigía desde en a los medios presentes mostrando la carta que envió al Rey: «La incursión encabezada por Cortés fue fundamental en la creación de la actual sociedad mexicana, pero tremendamente violenta. Se cometieron incuantificables vulneraciones de las leyes entonces vigentes. Se vulneraron derechos que se deben de atribuir como atentados». La Conquista y posterior colonización española sigue candente.
El 21 de septiembre el Estado mexicano pedirá perdón a los pueblos indígenas yaqui y maya por la Guerra de Yucatán, junto con la persecución de los chinos a principios del siglo XX. AMLO invitará al Rey de España ese día «para superar los desencuentros, culpas y reproches, sin omitir los crímenes que los provocaron». La hoja de ruta es la proposición de un relato público y que España pida perdón «por los agravios cometidos». Detrás de todos estos discursos están los horizontes políticos del presidente mexicano y sus problemas con las comunidades indígenas, enfrentadas a su megalómano proyecto del Tren Maya, que ha sido impugnado por
«Cortés cometió incuantificables vulneraciones de las leyes entonces vigentes, que se deben atribuir como atentados»
La ministra evitó el tema de las disculpas en su visita: «Debemos construir las relaciones basadas en el pasado mirando hacia el futuro»