ABC (Sevilla)

El maestro Juan Martínez, un garrotín con el horror

- LUIS YBARRA

a su alrededor, introdujo la alpargata en Rusia por unos pocos rublos y de forma clandestin­a, robó sal, hizo de croupier, vendió tabaco. También bailó garrotines y farrucas ante un tribunal que no supo dónde colocar este arte exótico, contorsion­ista, mismo, y al circo, además de boleros, estilos folclórico­s rusos y lo que le echaran por delante. «Los teatros y los circos fueron abriéndose poco a poco, porque, con revolución o sin ella, con hambre o con frío, los artistas tenían que vivir», sentenció. Y así hubo de canjear su pantalón de alpaca por uno de frac, recorrer aldeas donde la nieve era el menor de los problemas, salvar la guitarra de incendios, vestirse con un saco de harina y cambiarse de nacionalid­ad con la uñita del dedo índice sobre un pasaporte ajeno para cruzar una frontera.

En otro momento, señaló que «las salas permanecie­ron desiertas; la gente no tenía humor de espectácul­os y fiestas». Perdió kilos y le crecieron las orejas, pero nunca logró entender «hasta dónde puede llegar el instinto de vivir». ¿Lo mejor? Que no sucumbió, para así coincidir en París con Chaves Nogales y contarle sus pericias; no destripo nada, ese es el arranque del libro. Se aferró, a veces incluso con esa sorna que aquí nos caracteriz­a y que por el Norte de Europa no comprenden del todo, a su oficio: la superviven­cia y la danza. Trabajó con la hoz, el martillo y la guadaña al cuello e ilustró en unas pocas hojas la fuerza del hombre y su habilidad para el horror. Estaba allí donde habita la esperanza.

 ??  ?? Un ejemplar de «El maestro Juan Martínez que estaba allí» de la antigua editorial Estampa, del año 1934
Un ejemplar de «El maestro Juan Martínez que estaba allí» de la antigua editorial Estampa, del año 1934
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain