ABC (Sevilla)

Marcelino sorprende al Madrid

Los de Zidane comenzaron a jugar a partir del descanso. Para entonces, el Athletic, con una gran presión, ya ganaba 2-0. Asensio, el mejor blanco

- HUGHES

Zidane es un hombre de ideas fijas. De las rotaciones de San Vito que no entendía nadie ha pasado a no rotar. Los mismos, siempre.

Contra el Athletic se calentó las meninges y al menos ordenó un cambio táctico, por fin. Como queriendo responder al 4-4-2 de Marcelino, centró a Hazard arriba, con Asensio a la izquierda y toda o casi toda la banda derecha para Lucas Vázquez, que ni siquiera es lateral, cosa que a veces olvidamos.

El comienzo fue bueno. Hazard y Benzema bajaban mucho a por la pelota y como el Athletic presionaba prontísimo y muy arriba, había espacios detrás y alegría en el juego.

En el minuto 11, Hazard tuvo una ocasión con posible penalti tras una buena combinació­n con Casemiro. Era lo mejor suyo en meses.

Después, aún remató Ramos un balón parado de Kroos, pero el concierto ofensivo del Madrid, que tampoco era gran cosa, acabaría pronto. El Athletic, que presionaba con una voracidad nueva, distinta por más ordenada, por más precisa, le robó un balón a Lucas, que falló en la entrega, y acabó en Raúl García, que marcó con elegante definición.

Pudo ser un simple error, pero tras el gol asomó un fallo estructura­l. La asimetría en el once la pagaba Modric, que tenía que correr detrás de Balenziaga como un meritorio. Así que Zidane restituyó por un momento el 43-3 del que no hay manera de salir, y que en las últimas semanas (y dramáticam­ente) solo da expresión a Asensio. Es el único que hace algo de vez en cuando. En el 27 chutó tras una internada desde la derecha. Cómo estará el Madrid que lo más constante es la inconstanc­ia de Asensio.

El juego del Madrid está a la altura de los discursos de Butragueño. El club entero ha acabado absorbido por el cloroformo de esa retórica con la que el florentini­smo estranguló de señorío, sentido común y buenas maneras un club la vieja vibración colérica del club. El Madrid no jugaba solo (nunca lo hace) y e Athletic pareció más firme, mucho más decidido por el cambio de entrenador. En Liga presionó mucho al Madrid, pero ahora lo hacía más sabiamente. Sabía dónde y cómo hacer las cosas. Se notaba el influjo de Marcelino.

Con 1-0, el Madrid quiso meterse en el partido. No estuvo mal del todo. Hubo una ocasión de Hazard tras gran pase de Mendy, y otra de Asensio a pase de Lucas, pero ese esfuerzo por atacar con ritmo constante y por las dos bandas quedó en nada por un nuevo error defensivo. Un balón colgado desde la banda se lo comió por bajito Lucas, que superado trabó a Martínez en el área. Un penalti de impotencia clarísimo, sin moviola ni polémica posible.

El penalti lo marcó Raúl García y de ahí hasta el descanso hubo buen juego y ocasiones y estupor de tipo depresivo en el Madrid.

Tras el descanso, el ataque del Madrid consistió fundamenta­lmente en Mendy. Es una frase digna de pararse en ella, pero es que el lateral era lo más directo, fresco y vertical. El fútbol pe

Courtois Lucas Vázquez Varane (46) Ramos Mendy Casemiro Modric (68) Kroos Hazard (67) Asensio Benzema (88)

Nacho (46) Vinicius (67) Valverde (68) Mariano (88)

GOLES

m. 18: Raúl García; m. 73: Benzema.

ÁRBITRO

Martínez Munuera (Comité Valenciano). Amonestó a Lucas Vázquez, Kroos, Capa, Dani García y Unai Simón. m. 37: Raúl García (p.); nitente del Madrid se mezclaba con los gritos desgarrado­res del banquillo del Athletic.

Asensio, de modo personalís­imo, chutó con peligro por fin en el 57. Sin noticias de Hazard y Benzema, los ramalazos de Asensio eran lo único que tenía el Madrid mientras en la banda ya calentaba el patrimonio del club: gente como Vinicius o Valverde, jugadores que tendrían que jugar más de lo que juegan.

Dos palos de Asensio

Con 2-0, ¿a qué esperaba Zidane para cambiar? Algo esperaba, y quizás con razón. El Athletic notaba ya toda sus carreras presionant­es y el Madrid iba imponiéndo­se. En el 61, Asensio tiró al palo tras una gran jugada colectiva.

Como ya tenía la pierna caliente, volvió a hacerlo en el 69: otro trallazo al palo. Habíamos olvidado que Asensio no solo tiene un chut fortísimo, es que tiene un efecto propio, la pelota le cae de un modo particular, reconocibl­e. Ya habían entrado los cambios en los dos equipos y el partido era del Madrid. A Benzema se le anuló un gol que validó el VAR. Un gran gol, con asistencia de Asensio, que hacía justicia a la mejoría del juego, porque el Madrid estaba moviendo bien la pelota. Solo tuvo un desliz y lo salvó Courtois.

El partido se puso emocionant­e, tanto como para que tuviera que entrar Mariano y Ramos subiera a rematar. Hizo de defensa Casemiro, que salvó algún gol. El Athletic recompuso su presión inicial y acabó de pie. El Madrid solo jugó una mitad.

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EP Raúl García celebra uno de sus dos goles de anoche ante el Real Madrid
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