EL ARTE DE IR CON LO PUESTO
No sabemos si el minimalismo es una opción o el futuro que nos espera pia de las cosas de Netflix. Es también la tristeza difícil de definir de los objetos sin uso.
«Minimalism» hace pensar en los programas sobre personas con síndrome de Diógenes; también en Marie Kondo, cuya filosofía empieza por desprenderse de la ropa que no nos ponemos. Vaciar el armario para llenar el alma, algo así. Pero las cosas traen recuerdos y eso hace que cueste desprenderse de ellas. ¿Qué vacío habrá después? El documental propone una vida de desprendimiento, ir con lo puesto, llevar encima los recuerdos y poco más, como nómadas de vida desarraigada. Sin embargo, asociamos los objetos a la casa, al hogar, y el hogar a la familia, y esto es lo que hace sospechar, porque entre las profecías (con trazas de autocumplirse) del Foro de Davos está que en 2030 no seremos dueños de nada. No tendremos nada. Las cosas serán servicios. No tendremos casa, ni coche, sólo los contrataremos. El minimalismo quizás no sea una opción para nosotros, sino el futuro.
Hay algo más. Los americanos usan el término «stuff» que no es exactamente lo mismo que «cosa». Es todo eso que uno tiene, las pertenencias, lo que metemos en cajas. Pero las cosas, simplemente las cosas, cada una, tienen su esplendor, su irradiación, su maravilla, y a veces bastan para hacernos felices.