Unas bajas que agudizan el problema
La plantilla la componen en estos momentos 970 funcionarios de los 1.245 que debían estar si las vacantes estuvieran cubiertas. La incidencia de la pandemia junto a las bajas ordinarias por enfermedad común o contingencia profesional vienen a agravar un problema que se arrastra desde hace años como es la falta de policías. El Ayuntamiento anunció que en enero esperaba incorporar a 50 agentes procedentes de los concursos de movilidad horizontal o de turno libre pero que no necesitan pasar por academia. dentro de la misma sede de La Ranilla para proceder a desinfectar la oficina. Las mismas fuentes confirmaron que un agente había dado positivo y otros siete tuvieron que quedarse en casa como medida de prevención. Sus puestos fueron ocupados por otros funcionarios policiales que estaban de descanso. Desde el Ayuntamiento confirmaron el positivo del agente pero aseguraron a ABC que no tenían constancia de que se hubieran confinado a más agentes. «En la sala se cumplen medidas de seguridad y se usan mascarillas», indicaron desde el Consistorio.
Fase de altísima propagación
A día de hoy no se ha cerrado aún ninguna comisaría de distrito como ocurrió en la anterior ola, cuando el brote más activo se localizó en las dependencias de la Macarena. Allí se llegaron a precintar los vehículos que estaban aparcados en la calle para que nadie los tocara mientras se procedía a las labores de desinfección. Desde la plantilla aseguran que esos cierres provisionales es muy probable que se vuelvan a repetir por culpa de una pandemia que está en estos momentos en una fase de altísima propagación como muestra la tasa de incidencia.
La mayoría de los contagios en la anterior ola se produjeron por contacto directo con los compañeros de trabajo. Tan sólo unos pocos funcionarios contrajeron la enfermedad fuera de su ámbito laboral. Por eso los agentes reclamaron un protocolo claro de cómo se deben realizar las cuarentenas y quienes deben cumplirlas en caso de positivo, ya que sostienen que hace dos semanas, cuando se dieron los primeros casos de este brote, hubo agentes que habían estado en contacto con los compañeros contagiados que siguieron acudiendo al trabajo porque no les daban la baja. Ante la demanda de los policías, el alcalde Juan Espadas se comprometió en «reforzar los medios o los criterios para la reincorporación de aquellos que no son positivos» pese a haber estado en contacto con un contagiado mediante el aumento de test en periodos más cortos para confirmar que están en condiciones para el servicio.