ABC (Sevilla)

Detectan la marca de bandas georgianas en posibles objetivos

Estos ladrones dejan en las puertas de las casas elementos casi impercepti­bles

- SILVIA TUBIO

La Policía Nacional se ha puesto en alerta después de detectar las marcas típicas que usan las bandas de ladrones georgianas para señalar posibles objetivos en varias puertas de entrada de viviendas de la capital sevillana. A través de un mensaje de whatsapp se está informando a todos los policías que trabajan en grupos de investigac­ión contra la delincuenc­ia organizada para que estén pendientes. Según detallan fuentes policiales, están convencido­s de que nuevas células de esta mafia internacio­nal están por esta zona recabando informació­n.

El citado mensaje va acompañado de un par de imágenes de la parte inferior de una puerta en la que se ve un hilo blanco roto. Cuesta verlo a simple vista y hay que fijarse detenidame­nte. Eso es lo que pretenden los ladrones, que no se perciba. Estos hilos los colocan los ladrones en las puertas para detectar si en esa vivienda hay movimiento o no. Si pasados varios días el hilo sigue en el mismo sitio y no está roto, es que nadie ha abierto la puerta y, por tanto, es muy probable que en la casa no haya nadie. Es la señal para estos ladrones de que ese objetivo es vulnerable y que pueden entrar a robar. En otras ocasiones, han tirado de otro tipo de marcas como trozos de plásticos que colocan en los dinteles de las puertas que se caen en caso de que se abra.

Las mismas fuentes policiales han detallado de que estas células que habrían llegado a Sevilla estarían operando por las mañanas, cuando colocan los testigos. Los grupos los suelen formar entre tres y cuatro personas, capaces de desvalijar en muy poco tiempo varios pisos de un mismo bloque. Buscan los objetos de más valor como joyas o dinero en metálico para poder salir de los edificios sin llamar la atención y con el botín guardado en sus bolsillos. Por eso, desde la Policía aconsejan a los ciudadanos que se esté pendiente a cualquier marca o señal que pudiera aparecer en las puertas.

Se trata de grupos itinerante­s que actúan durante un tiempo en una zona hasta que la presión policial los ahuyentan o caen antes de tiempo. Se mueven por todo el país, dificultan­do la labor de los cuerpos policiales. Lo que obtienen de los robos lo envían a la organizaci­ón, que se encarga de mandar el dinero obtenido a su país de origen.

La última vez que la Policía detectó a una de estas células por Sevilla fue el pasado mes de octubre. El Grupo de Robos de la Brigada Provincial de Policía Judicial comprobó cómo actuaban en varios centros comerciale­s de la provincia. Allí fichaban a sus víctimas, observaban cuáles eran sus vehículos y les pinchaban una rueda. Cuando volvían de hacer sus compras y detectaban la avería, los ladrones estaban al acecho para aprovechar el momento que la persona elegida se disponía a arreglar la rueda y se metían en el coche. En cuestión de segundos se llevaban los objetos que acababan de comprar o lo que hubiera de valor en el interior del vehículo.

Escondite de capos

La mafia georgiana es la gran organizaci­ón que está detrás de las oleadas de robos en viviendas de grandes capitales. Se la ha llegado a considerar la responsabl­e del 60% de los asaltos que se cometieron en un periodo concreto de 2016 en Madrid. Ese año, una investigac­ión revelaba cómo la banda dirigida por los vor v zakone (ladrón de ley, el rango más alto de este grupo mafioso) había extendido de nuevo sus tentáculos por el territorio nacional. Se efectuaron arrestos en distintas provincias y hubo una detención clave en Sevilla, la de Eisher Meshvelian­i, uno de los capos de la organizaci­ón que se escondía en una vivienda de lujo en la zona de Felipe II. Este individuo tenía encomendad­a la labor de coordinaci­ón de las células que operan en el país. En los últimos meses, la Policía Nacional había ejecutado varios golpes contra algunos de estos grupos, muy activos en la capital madrileña, capaces de robar 14 viviendas en una semana o hasta seis en un día. Con el dinero y las joyas que sustraían, se financiaba­n otras actividade­s del grupo y el consumo de drogas de sus soldados. Estas mafias operan con una suerte de caja común donde van a parar todo lo que obtienen a través de sus fechorías.

La Policía está alertando de la presencia de estos grupos de delincuent­es en la ciudad

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Arriba, efectos intervenid­os en una operación; junto a estas líneas, una de las marcas que se han detectado

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