Blindaje «social»
Embarcada en su propio viaje ideológico, Inés Arrimadas está decidida a romper con la dinámica de bloques izquierda-derecha que divide la política española. Para proyectar ese cambio de aires que quiere imprimir al partido naranja, viajó ayer a Sevilla, uno de los escenarios que ejemplifican esta estrategia transversal. Quiere demostrar que el giro es real y no sólo discursivo. Que Ciudadanos es un partido útil, centrista y capaz de pactar con el PSOE y el PP sin que ello le ocasione ningún trauma. Por eso mismo, en su agenda incluyó dos reuniones con más carga simbólica que contenido. Se entrevistó, primero, con el jefe del Gobierno andaluz y líder del PP regional, Juanma Moreno y, hora y media después, se vio con el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, quien está llamado a ser un hombre fuerte en el PSOE-A. En el encuentro en la sede autonómica no estuvo presente la cara más visible del cambio en Andalucía por parte de Ciudadanos, Juan Marín, quien sí la recibió en el Palacio de San Telmo durante unos minutos y la acompañó hasta la puerta del despacho presidencial.
Inés Arrimadas añadió intriga al futuro del vicepresidente de la Junta, inmerso en su propio conflicto con los críticos. La dirigente evitó mojarse sobre su reelección como candidato, una cuestión que dejó en manos de los militantes. «La designación se hace a través de primarias y no está abierto ningún proceso ahora mismo», contestó a ABC tras eludir una pregunta previa en una rueda de prensa telemática posterior a la reunión con Moreno, que coincidía con el segundo aniversario de la toma de posesión del nuevo gobierno. Luego repitió el mensaje en Canal Sur: «Hay que respetar los procesos, que se eligen desde la militancia».
«En un momento como el actual, con tanta angustia, hay que centrarse en lo importante», insistió. Por la tarde, la líder nacional de Cs presidió el Comité Autonómico de su partido, bajo la coordinación de Juan Marín. Colocarlo en este puesto de mando fue una decisión de la propia líder nacional. En la junta directiva también están la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, y Luis Salvador, alcalde de Granada, la ciudad más importante que gobierna Cs.
Reunión «muy cordial»
En su entrevista con el presidente de la Junta de Andalucía en el Palacio de San Telmo, Arrimadas reivindicó el papel de Ciudadanos para un cambio que hizo historia porque desalojó a los socialistas después de 37 años en el poder mediante un pacto de gobierno del PP y Cs con el apoyo parlamentario de Vox. Su partido, remarcó, «seguirá siendo fundamental para el cambio en la comunidad andaluza». «Lo fue, lo sigue siendo y lo será en el futuro», proclamó al término de un encuentro que hasta en tres ocasiones calificó como «muy cordial», «tanto a nivel personal como de partido, entre el Partido Popular y Ciudadanos». A su vez, Moreno, alineado con el ala más centrista de su partido, le transmitió que el cambio se cimenta sobre «el entendimiento y la moderación» y destacó «la estabilidad institucional» de la comunidad. «Estabilidad» y «responsabilidad» fueron también las palabras que escogió Arrimadas para describir la oposición de Cs en el Ayuntamiento de Sevilla y el acuerdo de presupuestos alcanzado con Espadas.
Su frenética agenda de reuniones y entrevistas de prensa (en Canal Sur y la Cadena Ser) la dejó aliento ni tiempo para almorzar con dirigentes de su partido. En los mentideros de Ciudadanos no pasó desapercibido un detalle: de todas las consejerías en manos de Cs, la presidenta nacional se refirió expresamente a la gestión de la consejera de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación, Rocío Ruiz, alineada con el grupo discrepante con Marín. Arrimadas la puso como ejemplo del «blindaje de la políticas sociales». Luego eludió pronunciarse sobre si la contempla como una alternativa al vicepresidente. «A corto plazo no se ven elecciones», zanjó el debate.
Rocío Ruiz tampoco destapó sus cartas. En Torremolinos, la consejera contestó a los periodistas que «realmente a mí nunca me ha interesado lo orgánico». A su compañero y coordinador regional de su partido se refirió como «el señor Juan Marín».
La líder nacional de Cs aseguró que su partido «fue fundamental para el cambio y lo será en el futuro»
Arrimadas elogió de manera expresa la gestión de la consejera Rocío Ruiz, crítica con el vicepresidente Marín