El Reino Unido no ve el final de la tercera ola: 1.820 muertes en un día
ta es tajante: «No, totalmente no».
Pero su lealtad al régimen es tal que, aunque no pertenece al Partido Comunista, entiende que «las autoridades querían evitar el pánico y decidieron ocultar la información». De hecho, asegura que él habría actuado igual porque «el banquete es una decisión del Gobierno y tenemos que apoyarlo, igual que hicimos luego durante el confinamiento: quedándonos en casa sin salir y sin quejarnos». Todo ello a pesar de que «a las dos semanas, nos quedamos sin comida porque nadie nos había alertado y no nos habíamos preparado».
Una neumonía rara
Mejor suerte corrió el señor Qi, quien trabaja en la industria médica y, gracias a los doctores que conocía, fue avisado del peligro. «Me contaron que, a principios de enero, habían recibido a dos pacientes con una neumonía que no podían identificar, y me sugirieron que empezara a usar mascarilla para protegerme del virus», explica Qi, de 31 años. Como preguntar por el Gobierno es siempre embarazoso en China, el señor Qi se escabulle contestando que «la reacción después de la epidemia fue buena, pero al principio, quizás por algunos motivos, fue, cómo decirlo, solo regular».
Las personas fallecidas en el Reino Unido desde el comienzo de la pandemia del coronavirus son hasta el momento, según los datos oficiales, 93.290. Se trata de un número que va en aumento día tras día con cifras escalofriantes, como la de ayer, cuando el Gobierno anunció la muerte de 1.820 personas en 24 horas, la cifra más alta desde el inicio del brote, rompiendo el récord de 1610 fallecimientos reportado el martes. Todas estas cifras no dejan de alarmar a una población que se encuentra confinada por tercera vez desde marzo del año pasado y que no ve aún en el horizonte el fin de esta oleada. El soplo de aire fresco vuelve a darlo, sin embargo, el dato de vacunación, ya que ayer recibieron su primera dosis 343.163 personas, lo que eleva el total hasta los 4.609.740 vacunados en toda la nación. La situación es dramática por el coste en vidas humanas y por la crisis económica que están provocando las estrictas medidas de cierre. Pero además está generando fracturas dentro del gobierno, criticado por su manejo de la pandemia. La ministra del Interior, Priti Patel, metió más leña al fuego al asegurar que las fronteras del Reino Unido deberían haberse cerrado antes, y dijo que ella misma fue partidaria del cierre en marzo de 2020, unas declaraciones que llevaron al líder del Partido Laborista, Keir Starmer, a cuestionar al primer ministro Boris Johnson por no haber escuchado a la ministra. Fue hasta la semana pasada que el país anunció la suspensión de los corredores aéreos con el objetivo, en palabras del premier, de evitar que la población se contagie con «nuevas cepas aún no identificadas».