Ingeniería y tecnología
Clemente Fernández, expresidente de la cotizada Amper y accionista de Abengoa, era un gran desconocido hasta que hace meses se postuló para presidir la multinacional. Su nombre surgió cuando los accionistas minoritarios se sintieron traicionados por los candidatos que habían logrado ubicar en el consejo de Abengoa, a los que acusaban de no destituir a Gonzalo Urquijo en la filial Abenewco1, como habían pactado. Ahora Fernández es el candidato a presidir Abengoa por la sindicatura de accionistas de AbengoaShares, que tiene el derecho de voto de un 17% del capital social de la compañía, convirtiéndose así en el mayor accionista.
—Un juzgado ha tumbado la homologación del acuerdo de refinanciación de Nueva Pescanova con Abanca y otros acreedores al ser ese banco «persona especialmente relacionada» con la compañía, por lo que entiende que no deberían haberse computado sus votos para obtener la mayoría necesaria. ¿Esta resolución judicial es aplicable a Abengoa? ¿Ve muchas similitudes entre Pescanova y Abengoa? —Sí. Según esa resolución, los acreedores no pueden votar una reestructuración que les sea favorable. En el caso de Abengoa, las refinanciaciones se han aprobado con los votos a favor del pool de bancos. El Santander tenía el 2,85% y el resto de bancos tienen cantidades inferiores al 1%, por lo que no tienen la obligación de comunicarlo a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En esas reestructuraciones, el quórum presente rondaba el 18%, cuando en realidad era necesario un mínimo del 25% porque se trataba de un tema que afectaba a una parte importante del patrimonio de la empresa. Si a ese 18% se resta el voto del pool bancario, es aún menos. En la junta en la que fue cesado Urquijo, éste controlaba el 8 o 9% del capital social, que incluía el 3,1% del Estado. El problema es que sólo hay un año para impugnar las juntas pero sigue la responsabilidad penal, como es el alzamiento de activos, pero el Plan Vellocino (como así llama la sindicatura de accionista AbengoaShares al rescate negociado por Gonzalo Urquijo) sí que está impugnado en los tribunales. Por otra parte, Pescanova fue condenada en 2020 por un delito de estafa agravada y falseamiento de información económica y financiera por la Audiencia Nacional. Yo entiendo que la ocultación de informació económica que realiza Abengoa es bastante similar a un falseamiento de cuentas.
—¿Pedirá responsabilidades penales por las otras reestructuraciones?
—Ahora no optamos por esa vía. Nuestro pacto parasocial es entrar y gestionar la compañía para sacarla adelante, no vamos a meternos en líos judiciales. Otra cosa es que lo perdamos todo, entonces optaríamos por otras vías. De hecho, hemos dejado libertad a los accionistas para que se sumen a la querella de Benjumeaj contra Urquijoqj y el restosto de consejeros si creen que así van a conseguir más. Mi opción es no sumarme a la querella de Benjumea pero no puedo decirle a la gente: por ahí no puedes ir. La querella de Benjumea tiene toda la razón, está bien planteada.
—¿Daría entrada a fondos internacionales y nacionales en el accionariado de Abengoa?
—Ahora lo que estamos peleando es que mediante una ampliación de capital, los accionistas pongan 30 millones. Actualmente hay once fondos que se han dirigido a nosotros, pero salvo tres, todos quieren colocarse en tercera ronda. Hay tres que ven la potencialidad internacional de Abengoa en el sector renovables y quieren sinergias en esos negocios. Para ir de la mano de uno de los grandes elegiríamos el que más sinergia y potencia de negocio dé a Abengoa.