¿CÓMO SE MIDE UNA VIDA?
«Pepe Moya siempre hablaba de la necesidad de impulsar el talento en las organizaciones» llo lo complejo y conducir la conversación con una nueva pregunta que siempre la llevaba más allá. Imposible terminar una conversación con él sin una nueva idea, un nuevo proyecto o un buen consejo.
Respecto a crear y distribuir oportunidades, Pepe Moya y Concha Yoldi llevan años promoviendo a través de la Fundación Persan la inserción laboral de personas en precaria situación social, colectivos de inmigrantes y vecinos de las barriadas cercanas a su fábrica de Sevilla. Como hace unos días se preguntaba nuestro cardenal arzobispo emérito Carlos Amigo Vallejo, ¿a cuántas personas han ayudado entre los dos? La empresa como generadora de riqueza y empleo y un modelo de gobierno que asegura la continua creación de valor a su alrededor y la atención a demandas sociales.
Una de las cualidades que más he admirado de Pepe en estos años en los que he tenido la suerte de disfrutar de su amistad es el poco tiempo y energía que dedicaba a hablar del pasado o de sí mismo, a pesar de todo lo que había logrado en tantos frentes. Pepe era una de esas personas que siempre tenía «más sueños que recuerdos». En nuestro último rato juntos, muy a finales de diciembre, como siempre entre preguntas poderosas y consejos, sólo hablaba de nuevos proyectos e iniciativas, de nuevos retos e ideas. Disfrutamos tomando una cervecita y unas tapitas que le apetecían especialmente, y aunque la enfermedad le dejaba un rastro de dolor evidente, estaba de un humor excelente. Un rato inolvidable con el gran amigo común que nos presentó hace unos 8 años, y una frase de Pepe que quedará para siempre en mi recuerdo: «qué bonito es trabajar».
Para terminar, vuelvo al principio.¿Cómo se mide una vida? Christensen dice que una buena aproximación es el número de personas a las que has contribuido, el número de personas a las que has ayudado a tener una vida mejor. Vaya si Pepe Moya lo hizo, vaya si su vida «midió».