Alberto y Ascen, «vivos» para Sevilla veintitrés años después
El Covid obligó a un funeral íntimo con sólo treinta personas en la Capilla Real
Veintitrés años después de que unos pistoleros de ETA los asesinaron a tiros en Sevilla, Alberto Jiménez-Becerril y Ascensión García Ortiz fueron recordados ayer en la Catedral de Sevilla en una misa en la que quedó claro que su espíritu sigue vivo. Más que nunca.
Fue una celebración distinta a las de años atrás. Más íntima y recogida en la Capilla Real. Pero guardando los protocolos contra el Covid-19, lo cual supuso que sólo una treintena de personas pudieran estar presentes en el recuerdo al que fuera teniente alcalde de Sevilla y su esposa.
Y eso obligó también a modificar el homenaje en la esquina donde fueron abatidos. No hubo como años atrás ceremonia en la calle don Remondo donde fueron tiroteados cuando volvían a casa tras salir a cenar. Sin embargo, poco antes de la misa, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y la hermana del concejal, Teresa Jiménez-Becerril, se acercaron hasta la esquina e hicieron una ofrenda floral. Fue un homenaje íntimo, sin público ya que la calle estaba acordonada para evitar aglomeraciones, como marcan los protocolos en tiempos de pandemia. Depositaron un ramo de flores y rezaron una oración por las víctimas.
Una corona de flores La ceremonia de la calle Don Remondo se limitó a una ofrenda floral de Espadas y Jiménez-Becerril
Sin embargo, distancia social y mascarillas no impidieron que en el recuerdo de las víctimas de ETA se encontraran la vieja guardia y la nueva del PP. Entre los asistentes a la misa estuvieron junto a los hijos de la pareja asesinada históricos del PP como Javier Arenas y Juan Ignacio Zoido.
También estaban Antonio Sanz, José Luis Sanz o Juan Bueno. Y la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez y el portavoz del PP en el Ayuntamien