ABC (Sevilla)

«Las dos Españas de las que se lamentaba Machado han vuelto y me da miedo»

-

Antonio, fue a Colliure pero José, su otro hermano, no le dejó ver la tumba. Estaba muy enfadado tras escucharlo por la radio recitando poemas a favor de Franco. Manuel no era un poeta falangista, como ha pasado a la historia. Era un poeta fantástico.

—Antonio Machado, a diferencia de Manuel, fue muy mal estudiante y estuvo viviendo de la pensión de su abuelo hasta que cumplió los 32 años, cuando se hizo profesor de instituto. —Es una de las cosas más sorprenden­tes de la vida de Antonio Machado. No sólo tuvo juventud, cosa que se olvida, sino que no acabó el bachillera­to hasta los 25 años. Vivió la vida bohemia en Madrid. Quiso ser actor y no le quedó otra que ponerse a estudiar y prepararse unas oposicione­s, cuando murieron su padre y su abuelo, para poder comer. No tenía vocación docente pero luego sí se le despertó ese interés por enseñar lo que había aprendido como alumno.

—La figura del abuelo no es muy conocida pero usted la destaca.

—Es una figura muy desconocid­a pero muy interesant­e. El abuelo de Machado fue un hombre de ciencia, biólogo, zoólogo, naturalist­a, y llegó a ser alcalde de Sevilla. Precursor de las teorías de Darwin, de los primeros que empezó a enseñar sus teorías en la Universida­d, cuando sus libros aún no se habían traducido del español. Machado tenía mucho del abuelo y él le transmitió ese amor por la naturaleza. Machado es uno de los pocos poetas españoles en los que el paisaje tiene una presencia muy fuerte. Era casi un ecologista, como se ve en «Campos de Castilla». También en eso fue pionero.

—¿Cómo fue el encuentro de Antonio Machado con Federico García Lorca?

—Ese fue uno de los encuentros maravillos­os de nuestra literatura. Lorca tenía 18 años cuando llega a Baeza y su profesor en la Institució­n Libre de Enseñanza le presenta a Antonio Machado. Lorca era un buen pianista y quería ser músico pero tras conocer a Machado da un giro hacia la poesía. Él mismo contaría después que ese encuentro con el poeta sevillano influyó mucho en su vocación literaria. —En el documental se recogen los testimonio­s de Ian Gibson, Antonio Muñoz Molina, Luis García Montero, Elvira Lindo, Amelina Correa, Alfonso Guerra y Antonio Rodríguez Almodóvar. ¿Cuál le impresionó más? —Han sido un lujo para mí tenerlos a todos ellos. Leí mucho a Gibson, que fue biógrafo de Machado, y tuvimos una conversaci­ón de casi tres horas. Él se emocionó durante la grabación y se le saltaron las lágrimas. Muñoz Molina destacó la importanci­a que Machado le da a la educación como herramient­a de transforma­ción social.

—Entrevistó a la poeta Francisca Aguirre.

—Fue el testimonio más emotivo. Murió poco después de que le hiciéramos la entrevista. Aunque menos conocida, fue una poeta maravillos­a. Uno de los regalos que me guardo para siempre es que recitara su poema «Frontera», en el que retrata el cruce de la frontera con Francia de Antonio Machado y ella. Se nos saltaron las lágrimas a todos.

—¿A Machado lo mató el exilio?

—Yo creo que murió de pena. Es una historia terrible, de un fracaso, de una derrota. Él dijo a un periodista en Rocafort que sabía que el exilio le mataría porque él no podría vivir fuera de España. Se sentía profundame­nte español como todos los exiliados.

—¿Qué descubrió de Antonio Machado que no sabía durante su investigac­ión previa al documental?

—Los clásicos siempre te aportan cosas nuevas cuando los vuelves a leer. He descubiert­o muchas lecciones de vida. Aguirre dijo que leer a Machado era una lección de vida y una de ellas es vivir con los ojos abiertos. La vida militante, no quedarse anclado en la nostalgia, en uno mismo, en el individual­ismo y en pensar qué puedo hacer por ayudar a los demás y mejorar la sociedad.

—Es una lección que nos vendría bien en este momento a los españoles.

—Sí. Por eso digo que Machado es un clásico tan actual. Y lo seguirá siendo dentro de ochenta años.

—Lo define en el documental como un hombre bueno.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain