«Es un insulto comparar a los exiliados como Machado con los prófugos catalanes»
Entre el periodismo, el cine y las Artes
El documental de Laura Hojman sobre Antonio Machado había ganado el premio RTVA a la mejor cineasta de Andalucía y el del Centro de Estudios Andaluces, a los que suma los seis premios Asecan. De padre argentino y abuela ucraniana, Laura Hojman quería ser periodista pero acabó estudiando Bellas
—Tras morir Giner de los Ríos, su maestro, al que tanto admiraba, dijo esa frase que se hizo tan popular: «Sed buenos». La palabra bueno en sentido machadiano significa ser comprometido con su sociedad, ayudar a los demás, ser honesto y consecuente con uno mismo.
—¿La bondad está infravalorada en la sociedad actual?
—Sí. Está mucho más valorado ser listo o ser astuto para sacar partido de algo. Machado ya decía que ser bueno se confundía con ser tonto. La bondad es una virtud que hay que reivindicar y ejercerla.
—¿Nos iría mejor con más Machados?
—Sin duda que nos iría mejor. Machado simboliza el espíritu democrático y la democracia no es tirarse los trastos los unos a los otros. Creo en la política bien entendida, no como una gue
Artes. La vida le ha permitido conjugar esas dos pasiones como guionista, documentalista y cineasta. Este es su segundo largometraje tras «Tierras solares», dedicado a Ruben Darío. «No esperaba para nada la repercusión que ha tenido no sólo en España. Confiaba en este documental pero pensaba que iba a interesar a un público minoritario». Por suerte, se equivocó.
rra por el poder como ahora. Machado representaba ese concepto bello de la política y él, junto con otros de su generación, se implicó en grandes proyectos como las misiones pedagógicas que llevaron la cultura y la educación por las aldeas más alejadas. Acercar las reproducciones del Museo del Prado a la gente más humilde. Eso era democracia y política bien entendida, que no tiene nada que ver con la actual.
—¿Esas dos Españas de las que se lamentaba Machado han renacido en los últimos años?
—Sí, han vuelto. Me acuerdo mucho de esos versos de Machado «Españolito que vienes/ al mundo te guarde Dios/ una de las dos Españas/ ha de helarte el corazón». Ha vuelto ese enfrentamiento que es terrible y no nos está llevando a nada nuevo. Es muy peligroso y tenemos los antecedentes históricos de la Guerra Civil, de la que no hace tanto tiempo. A mí me da miedo.
—Machado dijo también que «en España de cada diez cabezas, nueve embisten y una piensa».
—Esto es increíblemente actual. Habla de hoy mismo. Seguimos embistiendo y eso es lo que hace que Machado resulte tan actual, que lo que escribía hace ochenta o noventa años parece que lo ha escrito hoy.
—Desgraciadamente...
—Sí. Lo vemos en la prensa, en la televisión, en los debates. Sobran discursos que van directamente a las tripas sin pasar por el filtro de la razón.
—La cultura era fundamental para Antonio Machado. ¿Cómo la ve ahora en la sociedad española?
—Es la cenicienta. Me da pena que la política, e incluyo a todos los partidos, que la cultura sea lo último, lo prescin
—¿No cree que los escolares tienen ciertos prejuicios sobre Machado cuando lo estudian?
—Yo misma me he encontrado con esos prejuicios con algunos compañeros como si Machado fuera un autor antiguo o pasado de moda. Cuando les hablé del documental algunos me dijeron si esto era un encargo porque no imaginaban que me pudiera interesar.
—Sin embargo, casi todo lo que decía Machado resulta actual.
—Sí, es de una contemporaneidad absoluta. En el tema de la educación y la cultura, especialmente. Denunciaba que se tomaba la cultura como simple entretenimiento, que es lo que está pasando ahora. Ninguna sociedad puede crecer si no tiene la cultura y la educación como base. Cuando se habla del exilio, del medio millón de exiliados que quisieron cruzar a Francia en 1939 y Francia cerró las fronteras porque pensaba que los españoles iban a robarles el pan. ¿Hay algo más actual que esto ahora mismo con la inmigración?
—Ahora que habla de exiliados, imagino que no le habrá sentado muy bien la comparación de Pablo Iglesias con los huidos de Cataluña por el «procés»...
—Me pareció terrrible esa comparación y un insulto muy grande para la memoria del exilio y de unas personas que huían de la muerte cuando los gobernantes catalanes a los que aludía huían de la Justicia. No eran exiliados sino prófugos de la Justicia. dible. No podemos avanzar como país sin cultura. No es sólo entretenimiento, nos hace más empáticos, nos hace más creativos, nos pone en el lugar del otro y nos enseña a desarrollar el pensamiento crítico. Sin ella estamos perdidos.
—Poesía es acción, no contemplación, según Machado. ¿Pensaba que se podía cambiar el mundo con ella?
—Sí. Es el primero que lo dice. Creo que se enseña a veces a Machado de forma errónea como un poeta contemplativo.
—¿Encontró algún aspecto oscuro de Machado en su investigación, alguna sombra sobre tantas luces?
—Quizá su relación con Leonor, que era una niña de 13 años cuando la conoció. Ya en su época aquella boda fue un escándalo. Él se enamoró de esa pureza de Leonor y hay que mirarla con los ojos de aquellos años, aunque entonces recibió muchas críticas.