Prestigio
El pintor Manuel Salinas, uno de los artistas de referencia del arte abstracto en Sevilla, falleció ayer a los ochenta años de edad en la capital andaluza a causa del Covid-19. Individualista y de formación autodidacta, Salinas era un pintor que se expresaba «mejor con la pintura que con la palabra» y, de hecho, las colecciones que albergan algunas de sus obras, del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía a la prestigiosa colección de la Fundación La Caixa, hablan por sí solas de la calidad de su producción.
Salinas ha mantenido una estrecha relación con su ciudad natal, realizando obras para algunas de sus fiestas tradicionales más destacadas, de la que buenos ejemplos serían el cartel de la temporada taurina de la Real Maestranza en 2009 o el paño de Verónica que realizó para la hermandad del Valle en 2012.
Relación creativa con ABC
Además, recibió en 2016 la Medalla de Oro de la ciudad, el mismo año que ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. También mantuvo una especial relación creativa con ABC de Sevilla, diseñando los logotipos conmemorativos del 75 y del 90 aniversario de su fundación.
Este artista, nacido en Sevilla en 1940, era hijo del también pintor Manuel Salinas Benjumea y María Asunción Milá Sagnier, que le sobrevive con 101 años. Sus primeros pasos en la creación estuvieron marcados por la pintura figurativa, aunque pronto derivaría en la abstracción tras descubrir el expresionismo abstracto estadounidense. «En ese espacio de la pintura encontré un reto más excitante», señaló en su discurso de ingreso en Santa
Isabel de Hungría en 2016, un texto que ofrece en primera persona valiosas claves sobre su biografía y su obra.
Esa energía que encontró entre los representantes del expresionismo abstracto la relacionaba Salinas con la que transmitía el arte europeo de los siglos XVI y XVII, una de las pistas que ofreció un artista que rehuía conceptualizar su producción: «No me interesa intelectualizar lo que hago, me muevo más en el terreno de la intuición, de la aventura y de la propia experiencia».
Su primera exposición la realizó en uno de los escasos focos de la vanguardia de la Sevilla de los años sesenta, la galería La Pasarela, de Enrique Roldán, en la que dieron sus primeros pasos otros miembros destacados de la abstracción sevillana, como Gerardo Delgado, José Ramón Sierra y Juan Suárez. Antes del final del franquismo también mostraría su obra en la Galería Juana de Aizpuru.
Centro de Arte M11
En aquellos años 70, Manuel Salinas participaría de una iniciativa de gran influencia en la creación sevillana: el Centro de Arte M11. Ubicado en la actual Casa Velázquez, estuvo patrocinado por Javier Guardiola y Marta Medina, con Juan Manuel Bonet y el desaparecido Quico Rivas muy vinculados a él. La experiencia duró tres años, de 1974 a 1977, y auspició exposiciones de Antonio Saura, Manolo Millares, Equipo Crónica... Fue en aquellos años en los que Salinas consolidó un estilo individual, al margen de corrientes y adscripciones a grupos, presidido por un magistral uso del color. Porque siempre se consideró un «abstracto estricto», con una obra concebida «como composición de formas y colores, más cercana a la arquitectura y a la música».
Su pintura comienza a internacio
Su obra cuelga de museos como el Reina Sofía e importantes colecciones como la de la Caixa