En memoria de Benito Vázquez
Ayer perdí un amigo. Un buen amigo, de los que sabes que siempre estarán a tu lado, que siempre te acompañarán en tus alegrías y tristezas. Se llamaba Benito Vázquez Romero. Fue mi compañero en trabajo en la Escuela Departamental de Puericultura donde, años tras años, fui testigo del cariño y amor con el que trataba a sus niños en la consulta, a los padres que los llevaban y la deferencia cariñosa en su trato con todos los que le rodeaban.
Tuve la gran suerte de tratarle fuera del trabajo y en los numerosos viajes que hicimos juntos, no faltando nunca su socarrón lenguaje y su siempre entrega incondicional de amigo. Serán miles los niños que le echarán de menos, hoy adultos bien criados al estar entregados a su buen hacer como pediatra. Descanse en paz en ese paraíso de los niños que está más allá de este mundo, donde ciertamente se reunirá con su querido perro. problema catalán. Esto es una carta de agradecimiento hacia una figura de vital importancia en las sociedades pasadas, presentes, y sin duda, futuras. Quiero agradecer a los psicólogos, esos que siempre han estado ahí para escuchar, aconsejar, ayudar y sacar lo mejor de cada uno. Y actualmente, vivimos en una situación en la que de eso, hace mucha falta. Es por eso, que hoy quiero lanzar un gracias, y quería hacerlo públicamente porque de verdad, se lo merecen.