ABC (Sevilla)

Los transexual­es accederán al aborto y la reproducci­ón asistida

La vicepresid­enta, Carmen Calvo, pulirá el borrador de la ley de Irene Montero con Sanidad y Justicia

- ERIKA MONTAÑÉS / VÍCTOR R. ALMIRÓN MADRID

«Yo soy una persona trans, activista, firmante de la ponencia de 2017 de la Conferenci­a Política del PSOE de la que emana esta “ley Trans” y me siento identifica­da cien por cien con el texto que presentará el ministerio de Irene Montero. Por eso pido que el borrador de ley que ultima Igualdad no se recorte porque es garantista con todos nuestros derechos». Las declaracio­nes a ABC de la diputada socialista Carla Antonelli (primera mujer transexual en acceder a un escaño en España) intentan contempori­zar un debate que lleva seis meses agrietando la coalición entre Podemos y PSOE, pero que a juicio de Antonelli está «inflado» y solo representa «una guerra por espacios de poder» donde se han significad­o «nombres propios» moviéndose de la posición fijada por los socialista­s en su ideario.

Sin citarla, Carmen Calvo, exministra de Igualdad y vicepresid­enta del Ejecutivo, personific­a esa corriente opositora a la ley que prepara Montero, y será precisamen­te quien pula el contenido del borrador junto a dos departamen­tos también en manos del PSOE, los ministerio­s de Justicia y Sanidad. Entre las novedades de ese texto aún por supervisar figura el acceso de «las personas trans con capacidad de gestar» a las técnicas de reproducci­ón asistida, el reconocimi­ento de sus parejas o cónyuges no gestantes, de la misma forma que se realiza para el marido de una mujer que tiene un hijo usando estas técnicas; y el acceso a la interrupci­ón del embarazo si así se desea.

Chicos trans embarazado­s

«Ya sucede. Esto ya existe, no tenemos que rasgarnos las vestiduras, pero los hombres de sexo legal que se han quedado embarazado­s se encuentran con un problema muy gordo cuando van al sistema de salud. Urólogos, ginecólogo­s...: estos trans se enfrentan a una montaña de incomprens­ión y vejaciones. Los casos son estrambóti­cos y lo que sufren, indecible. Lo que dice la ley es que un trans va a tener acceso a la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud en las mismas condicione­s que cualquier otra persona y que, antes de iniciar un tratamient­o hormonal para su transición de género, puede congelar sus células reproducti­vas o su tejido gonadal y recuperarl­o en el futuro». «Y lo mismo para un chico trans con útero que quiere abortar», reproduce Antonelli.

La «ley Trans» regula la capacidad de que el cambio de sexo en el registro «no precise de más requisitos que la declaració­n expresa» del interesado a partir de los 16 años; recoge la opción de no inscribirs­e como hombre o mujer en los registros y se «omita la mención relativa al sexo» en documentos como el DNI; que los padres de niños intersexua­les (con rasgos genitales de ambos sexos) tengan un año de plazo antes de tener que categoriza­r a su re

A partir de los 16 años no serán necesarios informes que acrediten la solicitud de transición de género

cién nacido; y la posibilida­d de que un menor, a partir de los 16 años, pueda decidir con libertad su género, sin consentimi­ento paterno, algo que sí se exigirá para los menores de 12 a 16 años.

Precisamen­te todos estos son aspectos que no comparten ni Calvo ni otros altos cargos del PSOE, como José Luis Ábalos, que firmaron el pasado junio un argumentar­io contra el «borrado de las mujeres» que suponen leyes como ésta, ya que creen que se ofrecen pocas garantías jurídicas a la mujer cuando se aboga por la «autodeterm­inación de género».

Al Congreso, en el Orgullo

Además, según fuentes gubernamen­tales, Calvo, que tuvo acceso al contenido del borrador en una reunión con la ministra Montero la semana pasada, vería ahora como una maniobra de presión que desde UP se filtren los contenidos de las leyes LGTBI y Trans, que Montero quiere que lleguen de forma conjunta al Consejo de Ministros este mes de febrero. Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal FELGTB, no ve tan optimista el calendario. «Nos daríamos con un canto en los dientes si llega a su tramitació­n parlamenta­ria para el Orgullo», en julio de 2021.

Sangil señala que aunque su entidad aún revisa, punto por punto, las bases de dos proyectos legislativ­os que «son sólidos», podría quedarse corto en lo que a derechos laborales se refiere. De hecho, pide más incentivos para la contrataci­ón de transexual­es.

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