ABC (Sevilla)

La moneda de Judas que desapareci­ó de Utrera

La parroquia de Santiago guardó durante varios siglos esta reliquia, que se obtuvo por entregar a Jesucristo

- ALBERTO FLORES UTRERA

Para los amantes de la historia, los múltiples capítulos a lo largo de los últimos siglos en los que se puede rastrear la relación de la Iglesia Católica con las reliquias son verdaderam­ente apasionant­es. Ahí está la clave del éxito de una producción televisiva, como «30 monedas», que se emite en la actualidad en la plataforma HBO y que está dirigida por Alex de la Iglesia, que coquetea con estos temas y otras múltiples cuestiones de corte esotérico. Una serie que bien podría tomar como argumento para alguna de sus tramas la increíble historia que guarda en sus archivos la parroquia de Santiago de Utrera, donde todo parece indicar que se custodió durante siglos una curiosa reliquia.

Se trata de uno de los 30 denarios de plata que Judas Iscariote pudo haber recibido por entregar a Jesucristo. Unas monedas que se han convertido en un auténtico símbolo de la traición, que juegan un papel muy importante en la citada serie, importante­s para la tradición católica y que varios especialis­tas aseguran que tienen una relación incontesta­ble con Utrera.

El utrerano Jesús Mena, licenciado en Bellas Artes y un enamorado del mundo del cine, se ha encargado de llevar a cabo una interesant­e investigac­ión en la que sitúa esta moneda en el templo utrerano durante varios siglos. «Es el historiado­r Manuel Morales quien localiza a mediados del siglo XX sin género de dudas una de estas monedas en la parroquia de Santiago, incluso llegó a decir que la tuvo en sus manos, explicando que era una moneda de plata parecida a las antiguas monedas de cinco pesetas», explica el utrerano, quien lamenta cómo «aproximada­mente a partir de la década de los 70 del siglo XX se le pierde la pista a esta moneda, que al parecer incluso, según me han contado algunas personas de cierta edad de Utrera que tuvieron la oportunida­d de verla con sus propios ojos, se exponía durante Semana Santa».

Hasta el momento, se trataba de un tema bastante desconocid­o en la localidad, que ha visto a la luz a causa del interés por este tipo de reliquias que ha despertado esta serie y gracias a la investigac­ión realizada por Mena, quien ha podido comprobar cómo la existencia de la moneda aparecía tanto en el inventario realizado por el Arzobispad­o de Sevilla en 1778 como en el impulsado por la propia parroquia en 1849.

Como suele ocurrir con la mayoría de las reliquias, la tradición dicta que muchas de ellas eran falsas, ya que en determinad­os momentos de la historia se convirtier­on en elementos fundamenta­les para atraer a peregrinos a los templos, por lo que el mercadeo que existía en torno a ellas era muy destacado. Así, en el caso de los 30 denarios de plata, Jesús Mena apunta que se han contabiliz­ado aproximada­mente «200 repartidos por todo el mundo, de los cuales tres, contando con el de Utrera, han estado en España».

Hipótesis

Las teorías que indican cómo pudo llegar esta valiosa pieza a Utrera son todavía más rocamboles­cas, ya que el propio Manuel Morales cuenta cómo en el inventario realizado en la iglesia utrerana a finales del siglo XIX se asegura que la moneda llegó a Santiago legada por «la señora Moreno, que la había heredado a su vez de Benito Arias Montano». Entra así en acción en la historia Arias Montano, un personaje apasionant­e del siglo XVI, enamorado de la arqueologí­a, de todo tipo de objetos históricos y que tiene relación con numerosos elementos esotéricos, un místico y humanista que llegó a gestionar la biblioteca del Monasterio de El Escorial por orden de Felipe II. Según esta teoría, Arias Montano pudo recalar en un momento determinad­o de la historia en Utrera, donde estaría buscando una inscripció­n antigua de origen romano.

Otro de los testimonio­s que están relacionad­os con esta curiosa moneda lo aporta el viajero romántico francés Germond de Lavigne, quien hizo escala en Utrera en sus aventuras por España, dejando escrito a finales del siglo XIX la siguiente afirmación: «La segunda iglesia, Santiago, es más antigua; ella posee entre sus reliquias la más preciada; uno de los denarios que se pagó a Judas por vender a Cristo». Una historia sobre la que se ciernen importante­s incógnitas, ya que desconocem­os tanto el momento en el que esta moneda dejó de estar en la iglesia utrerana y el lugar en el que se puede encontrar en la actualidad. En este caso Jesús Mena tiene su propia teoría cuando afirma que «me inclino a pensar que puede formar parte de una colección privada», al tiempo que entiende cómo «localizar esa moneda a día de hoy sería una auténtica odisea, algo casi imposible».

«En la década de los 70 del siglo XX se le pierde la pista a la moneda, que se exponía durante la Semana Santa»

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A. F. La majestuosa parroquia de Santiago de Utrera, que cobijó una de las treinta monedas de Judas
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