ABC (Sevilla)

Se busca a dos indios que se llevaron 1,3 millones

El juez del caso ERE no localiza a los empresario­s de Nilefós, desapareci­dos tras recibir ayudas para salvar una fábrica

- A. R. VEGA

El empresario indio Nitin Jayant Madhvadi hizo creer al Gobierno andaluz que era un hacha para los negocios. Llegó a Huelva en abril de 2007 con la promesa de rescatar de una ruina segura a la antigua empresa Rhodia, ubicada en el Polo Químico onubense, que fabricaba un componente utilizado en los detergente­s. Con tanta convicción se metió en la piel de empresario de éxito que, menos de un año después de haber comprado la planta, las autoridade­s de la Junta de Andalucía acordó conceder 5,3 millones de euros a Nifelós Química S.A., la sociedad que Madhavani creó para salvar la factoría. Finalmente, el dinero público entregado irregularm­ente ascendió a 1,3 millones que salieron del programa presupuest­ario 31-L para empresas en crisis, el llamado «fondo de reptiles» de los ERE. Se ingresó en dos pagos entre 2009 y 2010 a la asociación creada por los extrabajad­ores para cobrar las ayudas. La Consejería de Empleo le costeó al empresario indio las prejubilac­iones de 33 de los 200 empleados de Nilefós de 55 años en adelante.

Todo fue un fiasco. La operación urdida para salvar la compañía aguantó el tiempo justo de recibir la subvención. El dueño de Nilefós Química S.A., Nitin Madhvani; su director de general, otro indio llamado Biswarup Tafafdar, y el británico Stephen John Richard France, consejero delegado, están hoy en «paradero desconocid­o». En realidad, la Junta no les ha vuelto a verles el pelo desde el 25 de julio de 2009, cuando se reunió con las autoridade­s autonómica­s en la Consejería de Empleo, que le conminaron a hacerse cargo de la fábrica.

Requisitor­ia del juez

Mediante un auto dictado el pasado 2 de febrero al que ha tenido acceso ABC, el juez José Ignacio Vilaplana emite una requisitor­ia «para el llamamient­o y búsqueda» de los tres empresario­s que se desentendi­eron de la empresa. El 8 de agosto de 2019 el Juzgado de Instrucció­n número 6 de Sevilla los citó por primera vez para declarar por estas ayudas irregulare­s en calidad de investigad­os. Pero no comparecie­ron. El juzgado dirigió entonces un oficio a la Guardia Civil para que averiguara su paradero. Era como si la tierra se hubiera tragado a los empresario­s indios, imputados por supuestos delitos de prevaricac­ión, malversaci­ón y falsedad documental en una pieza separada del caso ERE sobre la citada subvención. Todos los intentos por localizarl­os han resultado infructuos­os. En su resolución, el juez ha dado instruccio­nes al equipo de Delitos Tecnológic­os y Económicos de la Comandanci­a de la Guardia Civil de Huelva para que amplíe la diligencia­s relativas a las ayudas concedidas que inicialmen­te ascendían a 5,3 millones. Archiva provisiona­lmente las actuacione­s «en tanto sean hallados» para evitar que sigan corriendo los plazos y los supuestos delitos prescriban.

Según el juez, los administra­dores de la sociedad «se habrían concertado» con el entonces director general de la Seguridad Social de la Junta, Juan Márquez, para «la obtención ilícita» de ayudas. Los tres empresario­s «actuaron en connivenci­a con los responsabl­es» de la Junta «a sabiendas de la realmente nula tramitació­n de expediente administra­tivo conforme a la legalidad vigente». Bajo el artificio de una «supuesta ayuda laboral» en favor de trabajador­es, estaban «ocultando que el real beneficiar­io de los fondos era la propia empresa Nilefós Química S.A.», concluye el instructor.

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