El Congreso da luz verde a que Sánchez hable de amnistía con la Generalitat
La moción de ERC obtiene 188 votos a favor, 155 en contra y ocho abstenciones
trado con Arrimadas. Eso sí, mientras vota junto a ERC para debatir de autodeterminación y amnistía. El eterno PSC, a pelo y a pluma...
Por eso al votante socialista fetén le toca en esta campaña ser soberanista atenuado, federalista de antaño, constitucionalista maquillado… y progresista siempre. Lo que haga falta para que Illa aglutine «votos bisagra» con un discurso equidistante tan confuso como arribista. La ambivalencia oportunista favorecerá a Illa en este caso. Pero de ahí a forzar un sobredimensionamiento del candidato para que el «efecto Illa» no sea solo una mera invención propagandística de La Moncloa, hay un trecho. Y tiene truco: o el CIS acierta e Illa ya tiene hecha la campaña a costa de que Ciudadanos se haya arrojado por un despeñadero, y de que Vox supere al PP (enternecedores los amores «de Estado» entre Sánchez y
Abascal); o al PSOE no le cuadra absolutamente nada y necesita rearmar a Illa porque pierde fuelle. De hecho, Sánchez se expone a que Illa sea, en cuestión de semanas, un anodino líder de la oposición catalana mientras el independentismo le exprime en Madrid. La apuesta tiene sus riesgos, y un CIS al rescate nunca está de más.
Un tripartito liderado por Illa, con ERC y Podemos a sus órdenes, es la obsesión de Sánchez. Es lo que reafirmaría su Gobierno con solidez en Madrid y permitiría al PSC «recuperar» Cataluña y afianzar los próximos presupuestos del Estado. Pero ERC sigue siendo una incógnita y puede fallar a Sánchez porque nunca fue fiable. Por eso, tener el CIS a favor debe producir esa misma exultante y fresca sensación de vacunarse con la sputnik mientras apuras el chupito de vodka que regalan con ella. Un éxito asegurado.
El Congreso de los Diputados aprobó ayer la moción de ERC que señala la amnistía de los presos condenados por el 1-O y la autodeterminación como soluciones para poner fin al conflicto territorial y reclama la convocatoria inmediata de la mesa de gobiernos cuando se constituya el nuevo Ejecutivo catalán.
El PSOE, como ya anunció el martes, dio su apoyo a la iniciativa y fue decisivo para que la misma se aprobara. El texto cosechó un total de 187 votos a favor (además de los socialistas, Unidas Podemos, ERC, EH Bildu, PNV, PDECat, Más
País, Compromís y
BNG), frente a 155 «noes» (PP, Vox, Ciudadanos, UPN, PRC y CC) y ocho abstenciones
( Junts, CUP, NC y Teruel Existe).
El texto se debatió en la Cámara Baja el pasado martes, pero no se votó hasta ayer. Aquel día, la portavoz socialista evitó pronunciarse sobre la amnistía y la autodeterminación que reclama ERC y defendió el «sí» de su grupo a la moción en que el texto no difiere sobre lo pactado entre ambas formaciones al inicio de la legislatura y que los socialistas «cumplen sus compromisos».
Resulta extraña esta argumentación cuando son muchas las promesas que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asumió durante las campañas electorales e incumplió posteriormente. Entre ellas, no pactar con EH Bildu ni ERC, no gobernar con Unidas Podemos y traer al fugado Carles Puigdemont a España para ser juzgado.
El texto aprobado ayer arranca su exposición de motivos del siguiente modo: «La solución del Grupo Parlamentario Republicano para resolver el conflicto del Estado con Cataluña es sobradamente conocida: amnistía y ejercicio del derecho de autodeterminación». La moción continúa sosteniendo que estas propuestas no deben emanar de una formación en la Cámara Baja sino que «deben ser formalmente presentadas por el Parlament de Cataluña o mediante un acuerdo entre el Govern de Cataluña y el Gobierno español en la mesa de diálogo y negociación bilateral». A partir de aquí, reivindica «que el Gobierno español se reúna urgentemente» en la citada mesa para «avanzar de manera decidida en la resolución del conflicto».
Dentro de la ley
Fuentes del PSOE sostienen que la mesa de diálogo se creó para hablar de «todo» lo que el Ejecutivo catalán quiera someter a debate, pero siempre dentro del marco constitucional. Siguiendo este hilo, aseguran que el Gobierno «no pactará nada que se encuentre fuera de la ley».
El PSOE también unió fuerzas ayer con los nacionalistas para otra cuestión relevante: la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, conocida por sus detractores como «ley Mordaza». Aunque, en este caso, el PP se quedó solo contra la voluntad del resto de la Cámara Baja. Los populares defendieron una enmienda a la totalidad contra la proposición de ley del PNV que únicamente recibió 91 votos a favor, 255 en contra y dos abstenciones.
La llamada «ley Mordaza» será reformada al fracasar la enmienda a la totalidad del PP
El PSOE y Podemos han aplicado más la «ley Mordaza» en seis meses que el PP en tres años
Desactualizada
Fueron generalizadas las críticas a la falta de actualización del texto alternativo planteado por el PP, aunque varios partidos también le echaron en cara al PSOE y a Unidas Podemos que planteasen su derogación y que en los últimos meses hayan aplicado más sanciones que el PP.
La diputada popular Teresa Jiménez-Becerril argumentó sin éxito que la llamada «ley Mordaza» se ha demostrado eficiente durante el estado de alarma por el coronavirus. «Se está aplicando para contener el Covid-19. Sería una hipocresía inadmisible que este Gobierno votase hoy aquí en contra de nuestra enmienda a la totalidad», dijo, y aseveró que lo de «mordaza» es «propaganda de la izquierda». Solo Vox se mostró reacio a modificar la ley, pero reprochó al PP que ni siquiera hubiese incluido las modificaciones planteadas en 2020 por el Tribunal Constitucional.