Ansiedad y estrés
han denunciado como inoportuna y atroz, jurídicamente y desde el punto de vista del sentido común. Es increíble cómo se pueden destinar millones de euros para sostener un ministerio y altos cargos de Podemos, cuando hay millones de familias sin recursos y viviendo en la miseria. ¿Para eso pagamos tantos impuestos? Y esa pareja viviendo en un chalet de un millón de euros. Acabo de visitar el barrio más infrahumano de España, «Los Pajaritos». Pues bien, invitaría a esa pareja de nuevos ricos, de extrema izquierda, que lo visitara para, después, plantearse si es tan necesaria y urgente una ley de esa naturaleza. Hay tantas miserias que cubrir como para tirar el dinero de los contribuyentes en leyes absurdas. Lo primero es la salud y la dignidad de las personas. Basta ya.
Lleva un año la pandemia en nuestras vidas, los expertos hablan, cada vez con más hincapié, de otra pandemia,la de la salud mental. Cada vez es más palpable el sufrimiento que nos deja esta crisis de salud pública; la mayoría de nosotros tiene cerca, incluso lo sufre, problemas de ansiedad provocados por la incertidumbre, sentimientos de desasosiego, de tristeza, y sobre todo de inseguridad. Todavía padecemos muchos perjuicios a la hora de acudir a un profesional por un problema mental, cuando es lo más sensato.Lo cierto es que la crisis sanitaria y económica han hecho crecer la curva de esta otra pandemia, la más silenciosa de todas: la de los trastornos de salud mental, aunque el covid-19 afecta a toda la población general, esta ultima se está cebando en concreto con los sanitarios. Después de la primera oleada de la pandemia muchos sanitarios de España sufrieron depresión; un 22,5%, trastorno de ansiedad; casi uno de cada cuatro, pánico; el 22,2%, estrés postraumático. Ya vamos por la tercera ola y las consecuencias son imprevisibles.
OCTAVIO LÓPEZ SOECHTIG