Donald Trump no recibirá informes de Inteligencia
Pese a la tradición, Biden es partidario de no dárselos por su «conducta errática»
Francia, Alemania, Rusia, Japón, Corea del Sur y Australia. Quedaron fuera de esa primera ronda el resto de socios y vecinos de Iberoamérica y España. Hay más. Desde que ganó las elecciones, del continente americano, Biden sólo ha hablado además con los líderes de Chile, Argentina y Costa Rica. No ha habido contacto con dos estrechísimos aliados de EE.UU. como son Brasil y Colombia, ambos gobernados por mandatarios que tenían una gran sintonía con Trump.
De momento, la única prioridad de la nueva Casa Blanca con respecto a Iberoamérica se circunscribe a la frontera. De hecho, Biden tiene ya en el cargo a una asesora para la seguridad fronteriza, una veterana diplomática, Roberta Jacobson, que fue embajadora en México entre 2016 y 2018. Jacobson sí habló con la prensa, en español, la semana pasada, y dijo que «como el presidente Biden ha dicho muchas veces durante la campaña, él entiende muy bien la prioridad de nuestro continente, que no es solamente nuestra política exterior, sino también nuestra política doméstica». Y añadió: «Una de las cosas más interesantes es que el presidente Biden cree que las cosas de política exterior y doméstica realmente no se pueden separar totalmente, y que tenemos que ordenar nuestra casa domésticamente y también regresar a liderar en el ámbito extranjero».
Un diplomático respetado
Jacobson fue subsecretaria de Estado para América Latina entre 2012 y 2016. Desde ese puesto, coordinó la política iberoamericana de Obama en su segundo mandato. Ahora, Biden ha elegido a otro veterano diplomático para ocuparlo: Brian A. Nichols, que viene de ser embajador en Zimbabue pero que tiene una experiencia crucial en Iberoamérica. «Número dos» en la embajada estadounidense en Colombia y embajador en Perú, ha coordinado la división de la lucha contra el narcotráfico en el departamento de Estado, algo crucial sobre todo en el trato al régimen de Maduro y su parte en el negocio internacional de la droga. Aun así, Nichols, que es muy respetado en círculos diplomáticos, aún debe ser confirmado por el Senado.
También está vacante el cargo, importante, de embajador de EE.UU. ante la Organización de los Estados Americanos. Lo ocupó hasta enero Carlos Trujillo, que en su marcha describió lo que para él, como muchos veteranos de la Administración Trump, fueron sus prioridades absolutas: «Avanzamos los intereses de EE.UU. y luchamos por la democracia y los DD.HH., incluyendo a Cuba, Nicaragua y Venezuela».
CORRESPONSAL EN NUEVA YORK
Donald Trump fue un candidato y un presidente de EE.UU. atípico y eso no va a cambiar con la condición de expresidente. Trump se ha negado a reconocer los resultados de las urnas, ha rehusado participar en la investidura de Joe Biden, está a punto de ser juzgado en un «impeachment» ya fuera de la Casa Blanca y se plantea, contra la tradición, volver a presentarse a la presidencia. Ahora, podría quedarse sin acceso a los informes de Inteligencia que se dan a los expresidentes, según defiende Biden.
El presidente de EE.UU. fue preguntado este viernes en una entrevista en CBS si su antecesor debería recibir esos informes. «Creo que no», fue la respuesta de Biden, que después justificó en el «comportamiento errático» de Trump. Biden dijo que su opinión no se debe solo a la «insurrección» que Trump alentó el pasado 6 de enero en el Capitolio, cuando una turba de sus seguidores lo asaltó de forma violenta y trágica –fallecieron cinco personas– para tratar de evitar la certificación de la victoria del candidato demócrata en el Congreso.
El nuevo presidente ha asegurado en numerosas ocasiones que Trump es, dentro y fuera de la Casa Blanca, un riesgo para la seguridad nacional de EE.UU. La entrevistadora le recordó que le ha calificado de «amenaza existencial», «peligroso» y «temerario». «Sí, lo he hecho, y lo creo»; respondió Biden, que no dio detalles sobre cuál era su mayor miedo ante el acceso de Trump a informes de inteligencia. «Prefiero no especular, simplemente creo que no es necesario que reciba los informes».
Los expresidentes no tienen acceso a los mismos informes de inteligencia que recibe de forma diaria el actual ocupante de la Casa Blanca. Se los dan, de forma tradicional, cuando visitan un país extranjero en su condición oficial de expresidentes.
En la entrevista, Biden no confirmó que hubiera decretado cortar el acceso a Trump, algo que puede hacer de forma unilateral con cualquier persona como parte de sus poderes ejecutivos.
En la actualidad hay cinco expresidentes vivos: Jimmy Carter, Bill Clinton, George W. Bush, Barack Obama y el propio Trump. Carter, a sus 96 años, no tiene agenda pública. El resto apenas hacen viajes oficiales al extranjero como expresidentes. Falta ver qué actividades desarrollará Trump en esa condición.
«¿Qué valor tiene darle los informes de Inteligencia?», cuestionó Biden sobre Trump en la entrevista. «¿Qué impacto puede conseguir, más que se le escape algo?». Era una referencia velada a un episodio en mayo de 2017, cuando Trump llevaba cuatro meses en el cargo e invitó al ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, a la Casa Blanca. Según aseguró entonces «The Washington Post», Trump reveló información clasificada al alto cargo ruso.
No es la primera vez que los demócratas apuntan a cortar el acceso de Trump a informes de Inteligencia. El diputado Adam Schiff, que presiden el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, defendió poco antes de la investidura de Biden que Trump debía dejar de recibirlos. La portavoz de Biden, Jen Psaki, aseguró esta semana que el equipo de seguridad nacional del presidente había sometido la cuestión «a revisión».
Los expresidentes reciben esos informes cuando visitan de modo oficial un país extranjero