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La autora regresa con «Especie» (Alfaguara), otra novela negra ambientada en Sevilla y protagonizada por la inspectora Camino Vargas
Susana Martín Gijón (Sevilla, 1981) acaba de comenzar la promoción de su nueva obra, «Especie» (Alfaguara), segunda novela de la saga de la inspectora Camino Vargas. La autora muestra una historia trepidante llena de crímenes en la que destaca como tema de fondo el trato por lo general discriminatorio que los humanos le dan a los animales.
—¿Qué sensaciones tiene después del gran éxito de crítica y de lectores que ha cosechado con «Progenie»?
— Estoy muy ilusionada porque esta novela me llena mucho. Espero que a los lectores les guste tanto o más que «Progenie». Hay más Sevilla y más acción. —En el primer caso de la inspectora Vargas la maternidad era el tema central, ahora es el trato que le damos a los animales.
— Siempre me gusta buscar un tema de fondo más allá de la acción. En esta novela reflexiono sobre cómo el ser humano se considera muy superior a las demás especies, sin importarnos que la
«Me intriga la novela histórica, pero requiere mucho tiempo para la documentación y yo soy muy escrupulosa con eso»
más mínima rentabilidad llega a provocar el sufrimiento en los animales. Estamos hablando de productos cárnicos, experimentación en textil, abusos en los circos... Este tema se va a atacar desde distintos frentes, aunque el foco está en los crímenes que se está perpetrando sobre los seres humanos.
—¿Haber creado un personaje tan redondo como Camino Vargas es la clave para el éxito de sus últimas novelas?
— Creo que a los lectores les gusta Camino Vargas por su agudeza y porque es muy tosca. Le falta mucha empatía y sensibilidad, algo que damos por hecho que deben tener las mujeres. Pascual Molina es un policía grandullón, pero es el sensible, el empático, el que sabe dar el pésame, mientras que Camino es más bruta. Es una persona disfrutona, sabe desconectar, baila salsa, juega partidas de ajedrez «online» en su móvil con rivales rusos y también cuida un terrario de hormigas. En este libro se pondrá en situaciones extremas. Como contrapunto a Camino está Evita Gallego, una joven policía que llega a la sección de Homicidios y que tendrá un papel fundamental. Evita es otra mirada, ya que es una chica muy «healthy», animalista y vegana. Es un contrapunto divertido que ayudará a Camino a resolver los asesinatos.
—¿Se ve escribiendo otro tipo de obras que no sean novela negra?
— De vez en cuando cambio. He escrito relatos y tengo algunos premios. Recientemente he creado una colección de cuentos infantiles que saldrá a finales de año. Ha sido un giro brutal y lo he disfrutado mucho. Hago algunos guiones y me intriga la novela histórica, pero requiere mucho tiempo para la documentación y yo soy muy escrupulosa con eso.
—¿Quedan más casos pendientes de la inspectora Vargas?
— Hay algunos más. Esto de las bilogías no funciona mucho, parece que a los lectores les gusta más las trilogías. A ver cómo va «Especie». Esta nueva novela me ha permitido profundizar en los personajes de «Progenie», ahondando mucho más en sus psicologías. Cada vez conozco más a los personajes.