La desaparición de Vitolo
Simeone no consigue enchufar al canario, intrascendente en un Atlético que vuelve a los lunes ante el Celta
Tan complicado para un aficionado del Atlético de Madrid resulta recordar la última ocasión que su equipo disputó un partido oficial en lunes, experiencia que repite ante el Celta
como responder, sin recurrir antes a la ayuda de una aplicación o web de fútbol, a la pregunta de cuándo fue titular Víctor Machín «Vitolo» por última vez en la Liga. Esta temporada, el internacional tampoco está sabiendo dar el paso que pacientemente lleva esperando Simeone desde su incorporación (enero de 2018) y la presencia del delantero ha terminado por convertirse en residual a lo largo del curso. Capaz de recuperar a Lemar, futbolista que no hace tanto tiempo parecía totalmente perdido para la causa y que ahora repite cada jornada en el once, el técnico continúa pinchando en hueso en el caso del exsevillista, aunque la fe mueve montañas y muchos aún piensan que, si pudo hacerlo con el francés, también puede resucitar al canario. Un jugador que ha estado cerca de salir cedido al Villarreal en el último mercado invernal.
A diferencia del milagro con Lemar, Simeone no encuentra la tecla para enchufar a un atacante al que sucesivas lesiones (hasta nueve desde su llegada) han lastrado en el Metropolitano. Los problemas físicos, pero también actuaciones decepcionantes e intrascendentes, han ido convirtiendo a Vitolo en un «jugador Guadiana», con apariciones y ausencias constantes. Muchas más sombras que luces en el Atlético. El atacante, por el que se pagaron casi 40 millones de euros al Sevilla, está pasando más desapercibido que nunca y su última actuación en la Liga se remonta al pasado 5 de diciembre frente al Valladolid. Desde entonces, nueve jornadas en blanco, dos meses sin un solo minuto en las estadísti