El Covid «mata» los piojos
Se desploma la venta de fármacos contra los parásitos. «La distancia evita que se propaguen», dicen los farmacéuticos
Los piojos, esos parásitos que viven en las cabezas de los niños y que, pese a no constituir ninguna enfermedad grave, son molestos y provocan picor, está en proceso de desaparición en los colegios. Es uno de los pocos efectos positivos del coronavirus. Han disminuido y en algunos casos casi desaparecido esos incómodos visitantes que poblaban las cabezas de los más pequeños y que incluso provocaban que algunos colegios pidieran a los padres que no llevaran a sus hijos a clase si les descubrían liendres en la cabeza. Aunque, como no es una enfermedad de obligada declaración la sanidad pública no tiene datos, los farmacéuticos sevillanos confirman la importante caída de las ventas de productos antipiojos.
Según Bidafarma, el último trimestre de 2020 en Sevilla cayeron las ventas de estos productos un 45 por ciento con respecto a 2019. Es el dato oficial, pero cuando se pregunta a los farmacéuticos, elevan aún más la caída de ventas y afirman que no han vendido apenas.
Joaquín Venegas, farmacéutico en Pino Montano que tiene su establecimiento cerca de varios colegios, lo confirma: «Hemos notado que la demanda de estos productos ha caído casi por completo», dice. El último bote de antipiojos que recuerda haber vendido fue hace ya varios días. Pese a que lo normal es que, durante el curso haya una gran salida de estos fármacos con los que se combaten estos incómodos visitantes del cuero cabelludo de los escolares.
¿Cual es la explicación de la disminución o casi desaparición de estos parásitos? El razonamiento es de lo más lógico. Sin contacto entre las cabezas de los niños (que con los protocolos anticovid deben guardar las distancias) la facilidad de propagación es menor. Los piojos solían darse durante todo el curso y en todas las edades escolares aunque los mayores picos se producían en de septiembre y octubre, coincidiendo con el inicio del curso. Y las edades en las que más se propagaban entre los 6 y los 14 años.
Sin embargo, este curso parecen haber desaparecido de los colegios. «Lo estamos notando mucho», decía una maestra de Infantil de Sevilla. En el hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, la pediatra María José Lirola también ha notado el descenso de estas «infestaciones parasitarias». Algo que achaca a la distancia social.
Es uno de los efectos colaterales del coronavirus que se une a otros que se han notado en la sanidad desde el inicio de la pandemia. A la vez que se producía el colapso en los hospitales por patologías asociadas al Covid se daba un descenso entre enfermedades menores entre los niños provocando una importante reducción de las visitas a urgencias.
En el Sagrado Corazón lo han notado durante este otoño invierno. Ha sido llamativa la «práctica inexistencia» de otras afecciones como bron
quiolitis y gripe, infecciones muy frecuentes en estas estaciones y que suponían una gran carga asistencial y de ingresos en menores de 2 años.
Esas no son las únicas patologías que han disminuido como consecuencia de los protocolos sanitarios que se aplican para evitar el Covid. También se ha observado una importante bajada de las gastroenteritis agudas de origen viral.
Se trata de un fenómeno que, según Lirola, se achaca a las medidas de distanciamiento social y el uso generalizado de mascarillas que han dado lugar a «una disminución drástica de la circulación del virus sincitial respiratorio y de otros virus causantes de bronquiolitis y del virus de la gripe». Además, el uso de mascarillas también ha protegido a los niños alérgicos y se han visto menos reagudizaciones del asma infantil.
Con todo se ha notado una disminución de las visitas a las urgencias pediátricas. En El Sagrado Corazón aseguran que durante la primera ola de la pandemia la bajada de las urgencias pediátricas se situó entre el 50 y el 60 por ciento porque a la disminución de las patologías se unió el miedo a acudir a los centros sanitarios y, en ocasiones, a la dificultad en acceder a los mismos. Con la segunda ola hubo un repunte de las urgencias pediátricas durante 2 meses, aunque aún muy por debajo de lasque se atendían de forma habitual, situándose en torno al 60 por ciento de las asistencias de años anteriores. Ahora, en plena tercera ola, las urgencias se sitúan en torno al 75 por ciento de la asistencia habitual en este época. Aunque se sigan dando casos de coronavirus también entre los niños, los protocolos sanitarios para evitar su contagio están teniendo otros efectos positivos en la salud infantil.