Sin nacimientos no hay futuro
España es uno de los países del mundo donde menos niños nacen, y pese a ese índice de natalidad tan preocupante, nuestro Gobierno parece seguir las instrucciones que le dictan desde fuera para que nuestra civilización se suicide. No les basta a socialistas y comunistas enviar mensajes a la juventud desde esa gran mayoría de medios que dominan destinados a convencerlos de que la familia es una institución obsoleta, ahora nuestro Gobierno hace un injustificable recorte de las ayudas por maternidad, en pensiones máximas hasta un 73%. ¿Qué tiene que pasar más para que nos demos cuenta de lo que pretenden? Parece que nuestros sucesivos gobiernos, tanto del PP como del PSOE, pretenden que seamos sustituidos por esa inmigración que se nos cuela por las ventanas de nuestra Nación, en la que se emplea cada vez más fondos, esos que necesitarían nuestros hijos para conseguir la estabilidad económica necesaria para embarcarse en la empresa de tener una familia propia. Aún recuerdo como hace medio siglo, y pese a que solo trabajaba uno de los progenitores, podían adquirir una vivienda digna y sacar adelante una familia, en cambio, ahora muchos jóvenes, incluso trabajando ambos, les es imposible conseguir lo mismo. Todo ha sido un gran engaño, llevado a cabo en nombre del progreso. O nos espabilamos, o en otros cincuenta años, de las sociedades cristianas que otrora formaban el entramado de las naciones europeas no van a quedar «ni las raspas».