Historia
Los arqueólogos que trabajan en la cervecería de Mateos Gago han ido sacando a la luz los restos del ‘hammam’ del siglo XII que se descubrieron el año pasado
os patrones geométricos de la arquitectura islámica en occidente se revelaron cuando el año pasado, aprovechando la paralización de la actividad por la pandemia y por la reurbanización de
Lla calle Mateos Gago, los propietarios del Bar Giralda —en la confluencia con la plaza Virgen de los Reyes— decidieron realizar obras de reforma en el local. Retiraron el suelo y los alicatados cerámicos y apareció uno de los mayores tesoros arqueológicos que se han descubierto en los últimos años en la capital: los baños árables del siglo XII, en época del califa Abu Yacub (1163-1184). ABC, que adelantó el descubrimiento del ‘hammam’ el pasado mes de septiembre, recogía entonces que los historiadores situaban justo en ese lugar los baños más conocidos de la época almohade, conocidos como los de García Jofre, que servían para el aseo personal de la población islámica.
Ahora, después de meses de trabajo en los que los arqueólogos han ido redescubriendo este espacio, han aparecidos las primeras fotos en las que se aprecian las dos salas: una de planta cuadrangular cubierta con una bóveda esquifada, ornamentada con estrellas de ocho puntas, sostenida por trompas aristadas que descansa sobre cuatro columnas. Y, por otro lado, una segunda abierta hacia occidente que forma una habitación rectangular cuyo techo es una bóveda de cañón.
Todo se encuentra en perfecto estado de conservación, e incluso el tiempo ha mantenido la huella de las policromías que decoraban estas bóvedas. Ambas salas acogían hasta ahora el comedor del bar, donde ya se podían apreciar las columnas y las bóvedas.
Los más destacados arqueólogos e historiadores de la ciudad recogieron en sus crónicas la existencia de estos baños árabes que estaban situados a apenas unos metros del alminar de la mezquita aljama de la vieja Isbiliya musulmana. De hecho, apenas unos años después de la reconquista, durante el reinado de Alfonso X ‘El Sabio’, en 1281, el ‘hammam’ aparecía en una documentación cristiana, ya que este espacio lindaba con una propiedad que le fue concedida a la Iglesia, donde hoy se levanta el Palacio Arzobispal.
Entonces, la calle Mateos Gago llevaba por nombre el de Borceguinería, relativo al gremio de zapateros. Rodrigo Caro, en 1634, describió la zona: «Perseveran allí señales de que fue un baño, y algunos quieren decir que es parte de él la bóveda que se ve al entrar por la Borceguinería, pero no parecen aquellos edificios de baños sino reliquias de algún circo o anfiteatro». Otros cronistas de la ciudad como José Gestoso o Torres Balbás también señalaban esta finca de la actual calle Mateos Gago como «un baño musulmán».
Una placa reza: «Resto de un “hammam” siendo califa Abu Yacub (1163-1184)»
Los grandes historiadores señalaban que en ese preciso lugar estaban los baños