Seguridad al milímetro
En la imagen principal, autocovid para vacunación en el estadio Nuevo Colombino de Huelva. En la secuencia de la derecha, transporte de las vacunas bajo la atenta mirada de funcionarios y empleados de Bidafarma, los viales en la nevera de ultracongelación y puerta de la nevera donde se ve los -85 grados a los que se conserva
De hecho, señala Macarena Gómez, Bidafarma «tiene muchos planes B» por si hay cualquier contingencia. ¿Robos? ¿Incendios? ¿Un loco antivacunas que se cuele en la planta? «Está todo cubierto y además aprobado por los inspectores de la Junta», indica. Aunque hasta ahora no han tenido que hacer uso de esos planes de contingencia, listos están.
¿Se acuerda de Carmen? Tras llegar el envío de Pfizer desde el SAS ya la han llamado para avisarla de que le ponen la segunda vacuna. Ella no lo sabe pero si alguien intenta robar los viales que gestiona Bidafarma se las tendrá que ver con varios agentes de la Policía Nacional que patrullan sus instalaciones, con cámaras, controles... Y el recinto donde guardan las vacunas, una habitación casi inexpugnable que, además, está vigilada noche y día por cámaras y un policía.
Esa habitación, a la que llaman dentro de Bidafarma la ‘sala de control’, tiene más cerrojos que una caja fuerte. Para abrirla hay que contar con una llave, una tarjeta y una clave. La vigilan varias cámaras dentro y fuera. Es prácticamente inexpugnable.
Pero en Bidafarma no solo custodian con celo esa habitación sino que también tienen previsto si alguien quiere darles «el palo» desde dentro. «No hemos tenido problema con antivacunas, pero en los planes tenemos un apartado sobre esto. Evitamos personal nuevo en la zona y tenemos el control de acceso en la garita», explican.
La cuestión es mantener las vacunas seguras mientras se custodian. Cuando salgan de los centros logísticos —de nuevo con escolta de la Policía Nacional, esta vez de incógnito— serán ya responsabilidad de los centros sanitarios que las reciban, algo que determina el SAS en sus pedidos.
Al cargar los viales en la furgoneta de reparto, ya se sabe para quién van a ser. Una lleva el nombre de Carmen porque la Junta, con el resto de comunidades, ha suscrito un plan de vacu