ABC (Sevilla)

«Fui a comprar unas zapatillas y acabé con ocho perdigonad­as»

Uno de los dos heridos por disparos de posta de la Policía relata a ABC los hechos

- CRUZ MORCILLO MADRID

Linares recobra poco a poco la normalidad mortecina con la que se despierta desde hace muchos meses. Los graves disturbios del fin de semana han quedado atrás aunque, en previsión de que rebroten, un grupo de la Unidad de Intervenci­ón Policial (UIP) de Granada permanece en la ciudad. A Joaquín, de 21 años, le quedan semanas para recobrar su normalidad. Está ingresado en el hospital San Agustín a la espera de ver cómo evoluciona­n las heridas que sufrió el sábado durante las cargas policiales.

«Yo vivo en Guadalén. Fui a Linares a comprarme unas zapatillas de fútbol nuevas. Quedé con mi prima que vive aquí. No llegamos a comprar nada porque no me gustaron. Estuvimos tomando un café y ya nos íbamos. Cuando me acercaba a por el coche –lo había dejado cerca de la estación de autobuses– me pilló todo el lío», cuenta a ABC por teléfono desde la cama del hospital.

El «lío», como lo llama, había empezado horas antes. Unas doscientas personas se echaron a la calle (algunas llegadas de otras localidade­s) para protestar por la paliza de dos policías nacionales, fuera de servicio, a Carlos, un vecino de 49 años, en la puerta de una céntrica cafetería. La tarde siguiente, la del sábado, la comisaría estuvo tres horas asediada, con medio centenar de agentes rodeados.

Los disturbios empezaron a extenderse a otros puntos más o menos cercanos, uno de ellos, la zona de la que habla Joaquín, junto a la estación de autobuses y el ambulatori­o. «Mi prima y yo no estábamos manifestán­donos, pero nos quedamos a mirar apoyados en un coche y nos fumamos un cigarro. Yo estaba con el móvil y había agentes en una esquina, junto a la churrería. De pronto vi a todo el mundo correr hacia mi dirección y yo hice lo mismo. Escuché un tiro y noté como un fuerte calambre en la pierna. Pensé que me había dado una pelota de las que lanzaban los policías. A los 200 metros o así no podía andar; me paré y vi cómo me goteaba la sangre por la pierna. Me asusté mucho; me ardía toda la zona».

Eran alrededor de las nueve de la noche del sábado y a esa hora se multiplica­ban las imágenes de batalla callejera con quema de contenedor­es, señales arrancadas, adoquines volando, manifestan­tes insultando a los agentes y estos empleándos­e a fondo con el material anticuado que tenían.

«No llegué a perder el conocimien­to. Antes de que viniera la ambulancia vi a otra chica enfrente que se metió en un garaje y también tenía sangre», explica Joaquín. Hasta varias horas después, la Policía no supo que había dos heridos de posta. Primero llamaron del hospital comunicand­o el ingreso de Joaquín y más tarde el de la mujer. El comisario de Jaén, que ya había hablado con parte de los manifestan­tes, se demudó al enterarse.

«A las cuatro de la madrugada vinieron dos policías al hospital, me preguntaro­n todo, me pidieron los datos y perdón. Luego vino el comisario y se llevó uno de los perdigones que me habían sacado para analizarlo», dice el herido. Sufrió ocho impactos: dos en la pierna izquierda, uno se lo extrajeron en el hospital, y seis en la derecha, que le atravesaro­n de lado a lado. «Me quedan restos de tres o cuatro milímetros en la izquierda».

«Me pidieron perdón»

El domingo otros dos policías, instructor­es de las diligencia­s, lo volvieron a visitar. «Me dijeron que hubo un error, que las postas no las utilizan en las manifestac­iones. También me pidieron perdón en nombre de todo el Cuerpo y me informaron de cómo tengo que denunciar. Sería un error, pero si me dan más arriba estoy muerto», reflexiona Joaquín.

Un error con las postas La Policía admite que hubo «un error» con disparos de postas por los que se ha abierto otra investigac­ión

No puede apoyar el pie, aunque lo que más le duele es que hace veinte días inauguró su pequeña empresa de construcci­ón. Ese es su trabajo. En sus ratos libres juega en el equipo de fútbol de Vilches y es, además, costalero de la Virgen de las Lágrimas. Dice que está muy decaído. «No tengo ganas de nada. Yo no me manifesté», insiste.

Tampoco la otra herida, según fuentes de su entorno que se pusieron en contacto con ABC. La joven vive cerca de la zona y al ver que los altercados iban a más se metió por esa calle que parecía tranquila para acortar y llegar a casa. A ella le han dado el alta aunque aseguran que recibió siete impactos de perdigones. Le quedan al menos dos dentro, pero le han dicho que no se los pueden extraer de momento porque es peligroso. Una venda le cubre la pierna entera.

La Policía de Linares mientras, entre la vergüenza por la actuación de dos compañeros y la situación crítica que vivió con una turba desbordada, ha abierto una investigac­ión para ver en qué circunstan­cias alguien disparó postas. Científica está analizando tanto los restos extraídos a los heridos como otros cartuchos recogidos en la calle. «Somos los más interesado­s –dicen– en saber qué falló».

 ?? EFE ?? Agentes de la Policía Nacional, ante la comisaría de Linares ( Jaén)
EFE Agentes de la Policía Nacional, ante la comisaría de Linares ( Jaén)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain