ABC (Sevilla)

Eufemiano Fuentes recupera sus jeringuill­as

Quince años después, el médico de la operación Puerto repesca viales de capilares, sondas desechable­s, calentador­es de agua, máquinas de congelar glóbulos rojos y otros enseres

- JOSÉ CARLOS CARABIAS MADRID

La pregunta que se hacen las autoridade­s antidopaje, perplejas después de quince años de la redada que desembocó en uno de los mayores golpes al dopaje en el deporte, es para qué quiere Eufemiano Fuentes seis viales de capilares, una caja de cristales de muestras Portas, jeringuill­as o un sellador de bolsas sanguíneas… Material sanitario que se destina a las transfusio­nes sanguíneas y que no cuadra con la teórica ocupación actual del cerebro de la operación Puerto, un dispensari­o médico en Gran Canaria en el que ejercería su especialid­ad: la ginecologí­a. Amante del peligro, de cualquier desafío y del dinero, tal vez la cuestión se pueda responder recordando aquella frase del exciclista alemán Jorg Jaksche: «Es la clase de persona que cruza un semáforo en rojo solo para ver qué ocurre». El doctor de los milagros, condenado a un año de cárcel en la OP y posteriorm­ente absuelto, ha reclamado parte de las pertenenci­as que le fueron requisadas aquel 23 de mayo de 2006 en el que los aficionado­s al deporte dejaron de creer en los Reyes Magos.

Si no fuese por la osadía del médico, la operación Puerto estaría en fase muerta, instalada en el jardín del olvido. Eufemiano Fuentes y su mano derecha, Ignacio Labarta, fueron condenados a un año de cárcel y a cuatro de inhabilita­ción profesiona­l en 2013 por el juzgado 21 de lo Penal de Madrid, que los juzgó por un delito contra la salud pública, no por una trama de dopaje puesto que en España no existía entonces legislació­n sobre la materia. Posteriorm­ente absueltos por la Audiencia Provincial de Madrid, el médico solicitó que se le devolviera­n sus efectos personales. Según consta en la documentac­ión del registro, Eufemiano tenía en su poder hace quince años más de 240 efectos de material médico, además de 211 bolsas de sangre y 68 de plasma de sus pacientes que incluían, lógicament­e, productos dopantes prohibidos por la Agencia Mundial Antidopaje: cuatro cajas de Eposino, Norditropi­n, inyeccione­s de Eprex, jintropin, frascos de Restandol testostero­na y así sucesivame­nte. También siete tarjetas de teléfono, tres móviles, diversas tarjetas de visita y anotacione­s personales con nombres de deportista­s. Eufemiano Fuentes se quedó ese día sin su juguete, las dos máquinas de congelar glóbulos rojos ACP 215 Haemonetic­s. Un artilugio que triplicaba su producción y reducía el riesgo para sus clientes. En vez de acudir los deportista­s cada dos por tres a sacarse sangre que se conservaba en frigorífic­os, la ACP 215 congelaba y protegía la sangre enriquecid­a durante más de tres meses, preparada la reinfusión en el cuerpo del atleta.

En julio de 2018, el Juzgado 21 de lo Penal de Madrid ordenó a la Guardia Civil que le remitiera el listado de los bienes propiedad del ginecólogo que aún estaban en posesión del instituto armado. El elemento clave de la operación Puerto, las bolsas de sangre, fueron custodiada­s durante tiempo en el laboratori­o de Barcelona en el Hospital del Mar hasta que, absueltos los acusados, se enviaron a la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que las tiene ahora en su poder.

Después de quince años, las bolsas duermen en tierra de nadie. Después de procelosos litigios en los juzgados, de la lentitud inherente a la justicia española, algunos delitos han prescrito y tanto la Agencia Internacio­nal como las agencias nacionales antidopaje no pueden aplicar sanciones. Mucho menos, se atreven a hacer públicos los nombres de los clientes de Eufemiano por la actual Ley de Protección de Datos vigente en España.

Entre los más de 240 efectos personales de Eufemiano Fuentes aún en custodia de las autoridade­s españolas, el médico canario hizo una criba selectiva a la hora de reclamar sus pertenenci­as. Según ha conocido ABC, pidió dos estuches con equipo médico, seis viales de capilares, dos máquinas ACP 215 Haemonetic­s, una máquina de calentamie­nto de agua Medingel, una caja metálica de Chivas Regal con sondas desechable­s, un neceser-nevera (que contenía dos cajas de Synacthene, sustancia dopante que no reclama el doctor), dos estuches azules (había Eposino –EPO–, que tampoco lo pidió), una caja de guantes de plástico, una caja metálica de color azul, cinco botes de capilares de hematocrit­o, una caja con cristales de muestras Portas, una caja de cartón que contenía unas 100 jeringuill­as y un sellador de bolsas sanguíneas.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain