Cuando el jamón entra en La Moncloa, es malo el jamón o malo el Gobierno
LOS MALOS DE PATA NEGRA
hermanos tenían un tiempo limitado delante del ordenador. Ni siquiera tuvieron móvil hasta los 14 años. Prefirió apasionarse con los caballos, a los que aprendió a montar a los seis años. Ahora es una jinete profesional que compite en el París Panthers, un equipo de salto fundado por su padre, director del equipo. En 2019, quedaron novenos en la Global Champions League. A Jennifer es habitual verla por los torneos junto a otras jóvenes de célebre apellido como la heredera de Apple, Eve Jobs, Jessica Springsteen o Destry Spielberg.
Pero alguna ventaja tiene que tener ser rica: su padre le compró una granja ecuestre en Palm Beach (Florida) por ocho millones de euros. Está cerca del Wellington’s Equestrian Festival, donde se celebran las competiciones. En ellas conoció también a su prometido, Nayel Nassar, un multimillonario egipcio criado en Kuwait. Coincidieron en Stanford, donde él estudió Económicas. También compite en saltos y hace un año le regaló un anillo carísimo de compromiso, porque tienen claro que están hechos el uno para el otro. «No puedo esperar para pasar el resto de nuestras vidas aprendiendo, creciendo, riendo y amándonos juntos. Sí, un millón de veces, sí», le respondió emocionada Jennifer. La ceremonia tendrá que esperar a que pase la pandemia. Si algo tiene claro la hija de Bill Gates es que quiere aprovechar todas las oportunidades que le permite ser quien es para hacer del mundo un lugar un poco mejor. Lo de animar a vacunarse es solo el principio. l Gobierno que pacta con Bildu; acerca presos etarras que aún tienen restos de sangre en sus manos; defiende a raperos que le desean la muerte al Rey; envía al ministro de Sanidad como candidato a Cataluña en plena pandemia; nos coloca en el atril a Fernando Simón para que nos diga que las mascarillas no son necesarias o que el aumento de muertos podría deberse a un accidente de tráfico; compara al prófugo Puigdemont con los exiliados republicanos; denuncia que en España no hay normalidad democrática; usa el Falcon y las residencias oficiales para el disfrute privado del presidente; enchufa amigos sin currículum; pone de ministra a la mujer del jefe mientras nos da lecciones de machismo; contrata niñeras del partido con nuestro dinero; quiere controlar el Consejo del Poder Judicial; nombra Fiscal General a la ministra de Justicia; elimina el castellano como lengua vehicular; utiliza la televisión pública para atacar al propio Estado y a la Monarquía; plantea indultos a los golpistas; quiere cambiar la ley para que las injurias a la Corona se consideren libertad de expresión mientras defiende el veto a «Lo que el viento se llevó» y «Los aristogatos» porque son películas racistas; o se escandaliza por la corrupción de la derecha para que no se escuche que acaban de imputar al fundador del populismo por cobrar facturas falsas (voy a coger aire, que me ahogo); ese Gobierno anunció ayer oficialmente que el jamón es malo para la salud.
El Ministerio de Consumo pretexta que es una decisión técnica para adaptarse al etiquetado europeo y no defenderá al embajador gastronómico de España, el que sirvió a Felipe como llave diplomática para engatusar a Helmut Kohl. Estos van a cargarse hasta el refranero que consagra sus propiedades curativas: «Cuando el jamón entra en la casa del pobre, está malo el jamón o está malo el pobre». Cuando entra en La Moncloa... Siento mucho que esta casta bellotera no haya catado los pecados carnales de Jabugo y Guijuelo. Tiene que ser duro llegar a cierta edad creyendo que el jamón es malo. Pero es mucho peor ejercer el poder sin saber que el malo de pata negra eres tú.
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