Volumen de búsquedas
La oferta de espacios flexibles al detalle
que no son sitios caros, es un gasto que las pequeñas empresas y los autónomos prefieren ahorrarse». Sin embargo, no duda de que cuando la emergencia sanitaria esté superada irán recuperando inquilinos.
En eso confía Alberto Pérez Sola, fundador de WorkIncompany, el primer coworking que abrió en Sevilla y que actualmente dispone de un espacio de 300 metros cuadrados en un edificio de la calle Rioja. Allí aloja de forma permanente a 35 profesionales, además de disponer de varias salas de reuniones y despachos. «Cuando se ordenó el confinamiento decidimos cerrar y no volvimos a abrir con todos los servicios disponibles hasta julio. Para entonces el número de clientes había caído a la mitad y en este tiempo hemos tenido entradas y salidas», asegura.
Por su negocio han pasado ya 800 emprendedores en estos diez años, pero la pandemia será un punto de inflexión, comenta. «El modelo nunca ha sido estático y tiene que evolucionar, de hecho creo que los espacios que no cambien no van a sobrevivir a esta crisis», dice convencido. Tras el momento crítico durante el primer estado de alarma, la situación se ha ido normalizando. «Hemos terminado el año con un 50% de la ocupación y de la facturación, que tampoco está mal para lo que esperábamos», admite Pérez Sola. Sin embargo, la cartera de servicios ha crecido con productos de oficina virtual, esto es el uso del
Número de centros
Hay 1.175 coworkings y oficinas flexibles en España, según el portal Coworking Spain. De ellos, 42 están en Sevilla.
Tamaño equipamiento como domicilio fiscal con derecho a recibir cartas y paquetes en el mismo y a utilizar los espacios sin necesidad de tener allí un puesto fijo. «Es una opción más económica que tiene ahora mucho interés, especialmente de empresas de
En Sevilla ha caído un 33% el volumen de búsquedas de oficinas y espacios flexibles. La ciudad se encuentra entre las cinco españolas con más interés. fuera de la ciudad que quieren entrar en el mercado sevillano, pero no montar una estructura», comenta. Para ello disponen de una plataforma on line mediante la que se pueden realizar todos los trámites.
Sobre la oferta de espacios flexibles de administraciones públicas que sólo ofrecen despacho, teléfono y conexión a internet destaca que «han de ir adaptándose a las necesidades, pues de lo contrario están abocados al fracaso».
Otro de los coworking que también ha sufrido el desgaste de la crisis sanitaria es Espacio Res, que pertenece a Insur. Su gestor es Carlos Lora, que ha mantenido desde el inicio un modelo híbrido. Comenta que hay una parte de incubadora de empresas tecnológicas, que se ha resentido menos, y la de alojamiento de profesionales, que dispone de ocho puestos que ahora están vacíos. Su experiencia le dice que «lo que va a determinar la supervivencia de los centros a lo largo de este año será la especialización y la capacidad para crear un ecosistema o una comunidad». De la misma forma, se muestra convencido de que «los que logren resistir van a recuperar inquilinos, porque este modelo flexible ofrece una solución a muchos profesionales».