Las residencias ya notan el efecto de las vacunas con un nivel de contagios mínimo
El número de positivos en geriátricos ha caído un 92% en sólo tres semanas Los 600.000 andaluces de 56 a 59 años quedan descolgados por ahora del plan
Las residencias de mayores vuelven a respirar tras casi un año de asedio del coronavirus. El plan de vacunación puesto en marcha el 27 de diciembre pasado está dando sus frutos. En apenas tres semanas, el número de contagios diagnosticados por pruebas PCR y test rápidos de antígenos se ha desplomado un 92 por ciento. Hasta ayer se habían registrado 16 positivos en centros de mayores según la tasa de incidencia acumulada de los últimos siete días. Es una cifra mínima comparada con los 201 positivos que se registraron el 29 de enero pasado, transcurrido un mes desde que la Consejería de Salud y Familias comenzara a inocular las primeras dosis a residentes y personal sanitario y sociosanitario. Para encontrar un registro tan bajo hay que retrotraerse a los meses de verano.
De ser uno de los colectivos más golpeados por el Covid-19 desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia global el 11 de marzo de 2020, los centros de mayores se han convertido en uno de los territorios más seguros. La rápida expansión y la elevada letalidad del virus en las dos primeras olas situaron a esta población como prioritaria en la primera fase de vacunación.
La curva de infecciones refleja un progresivo y acusado descenso desde que se alcanzó el pico de la segunda ola. El 18 de enero, cuando se empezaron a administrar las segundas dosis de la fórmula de Pfizer y BioNTech, la incidencia acumulada era de 114 casos en los últimos siete días. El 26 de enero se contabilizaron 211 positivos en residencias de mayores. Una semana después, el 3 de febrero, disminuyeron hasta 114, según un informe elaborado por el profesor Antonio González González, estadístico del Cuerpo Superior Facultativo de la Junta de Andalucía, a partir de los datos oficiales que notifica la Consejería de Salud. Pasados otros siete días (el pasado 11 de febrero) ya eran 38 los casos, hasta llegar a 16, la última cifra de infecciones detectadas en estos centros.
El proceso de vacunación y los cribados a los profesionales sanitarios han dado la vuelta como un calcetín a la situación de las residencias. Y esta mejora también se aprecia en los hospitales. El consejero de Salud y Familias, el médico Jesús Aguirre, aseguraba el pasado lunes que los ingresos hospitalarios de ancianos procedentes de residencias de mayores habían caído «de forma brusca» por la administración de la vacuna, a diferencia de lo que sucede con los ancianos que provienen de domicilios particulares.
Vacunas a octogenarios
El responsable autonómico espera que esta situación se revierta a medida que avance la inmunización de los 412.869 andaluces de 80 años o más, que están expuestos a un mayor riesgo de hospitalización y mortalidad.
A pesar de los problemas de suministro de la industria farmacéutica, el plan de inmunización ha alcanzado velocidad de crucero. El pasado miércoles se superaron el medio millón de
Nada explicita mejor la inanidad de la oposición andaluza que las pamplinas que esgrimen contra el «Gobierno del cambio». Como si no viviéramos el momento más crudo de la crónica autonómica, unas Izquierdas desconcertadas se entretienen estos días en clamar contra cierto video conmemorativo de la autonomía que, a juicio de esos robespierres, pronuncia indevacunas administradas. Se han puesto 507.334 dosis. Hasta 102.168 andaluces se han pinchado la primera y un total de 202.583 ha completado el proceso de inmunización con la segunda dosis. Entre las dos inyecciones de la vacuna tienen que pasar entre tres y cuatro semanas y los grupos prioritarios se van solapando. Durante los meses de febrero y marzo, la Junta está aplicando las vacunas de tres laboratorios que distribuye el Gobierno entre las regiones: Pfizer, Moderna y AstraZeneca.
Los últimos estudios de laboratorio apuntan a que las actuales vacunas inducen respuestas de anticuerpos que mantienen su capacidad neutralizante ante las nuevas variantes británica, sudafricana y brasileña.
Grupos prioritarios
El comité de Salud Pública integrado por las comunidades y el Ministerio de Sanidad estableció el pasado miércoles los nuevos grupos preferentes para ponerse la vacuna. Después de los mayores de 80 años, que comenzaron a inmunizarse el pasado día 11 en Andalucía, será el turno para quienes tienen entre 70 y 79 años y, a continuación, los de entre 60 y 69 años.
En paralelo, el comité acordó que la vacuna de AstraZeneca —no indicada para mayores de 55 años— se inocule a personas de entre 45 y 55 años una vez que termine de pincharse a trabajadores esenciales. De esta forma, queda descubierto un tramo intermedio entre dichas franjas de edad, el que comprende desde los 56 a 59 años. Son alrededor de 600.000 personas en Andalucía que deberán esperar la llegada de los viales adecuados.
Andalucía supera el medio millón de dosis inyectadas y 202.000 personas se han puesto ya las dos
bidamente el «andaluz», y ya de paso, a pleitear contra el improvisado escudo institucional del Presidente, no poco insustancial, desde luego. Destaca en ese coro la expodemita Teresa Rodríguez —célebre por su bárbaro asalto al Rectorado sevillano y por su fonética depravada— paradójicamente reconvertida, como si no padeciéramos mayores problemas, en arcangela flamígera de ese indigente acento identitario que se empeñan en imponer a nuestra vieja caricatura. ¡Nos’ha joío!, como diría ella.