ABC (Sevilla)

HOMBRES DE LUZ

Quillos, illos, pichas, miarmas, ompares, lo que nos hace únicos es nuestra facilidad para asimilar que nada importa demasiado

- DANIEL RUIZ

ANDO engolfado con un proyecto literario desde hace varias semanas que no viene al caso, pero en el que el empleo de la expresión ‘quillo’ es recurrente. Indagando en Internet, vi que había varias fuentes que situaban en Cádiz el origen de esta expresión. Así que quise saber: hice una consulta pública en Twitter. «Leo por ahí que ‘quillo’ es una expresión más gaditana que sevillana. No estoy de acuerdo, pienso que es bastante sevillana, mucho más que gaditana, de hecho, pero no sé si es sólo una percepción mía. ¿Qué opináis?».

Enseguida se plantearon tesis, objeciones, matices. Una opinión muy extendida era que en Cádiz es más gaditano y propio el término ‘picha’. Pero había muchos gaditanos que daban por descontado que era un término autóctono, poco menos que robado por los sevillanos. «Gaditana de toda la vida y apropiada vía Jerez por los sevillanos», defendió @manuti. Juanjo Téllez objetó con guasa: «Lo de quillo os lo dejamos a los sevillanos, aunque así se llamara una revista contracult­ura gaditana en 1978». Enseguida entró en liza el término ‘illo’. Que muchos gaditanos considerab­an más de Cádiz, y muchos sevillanos, más de Sevilla. Aunque también de la costa de Granada, según Rocío Palacios. @framaecab tuvo mucho arte: «El quillo es sevillano, incluso el illo. Illa es más catalán». Alguien apuntó que era de Málaga y también allí era mucho más común el illo. Otro alguien de Huelva defendió que tanto illo como quillo se han usado en esta provincia desde siempre.

Pero a través del lenguaje, llegamos inevitable­mente a asuntos mayores. @mlsampalo9­1 lanzó el dardo: «Pasa como con las playas de Chipiona, que son gaditanas pero los sevillanos se creen que son suyas». No pude evitar entrar al trapo: «Yo es que soy más de las playas de Huelva». «¡Vaya berenjená, pishita, no te meta en ná!», comentó el escritor gaditano David Monthiel.

Al final de la mañana, mi timeline de Twitter era un hervidero de andaluces dándose estopa. Me sorprendió el apasionami­ento de las posturas, pero más aún el tono: un tono de cachondeo, de sana deportivid­ad. Nadie se salió del tiesto. En realidad, sentí calor, me imaginaba a todas aquellas personas compartien­do unas cervezas y haciendo bromas sobre el asunto cara a cara.

Somos hijos de la guasa. Nos lanzamos pullas y nos reímos de nuestras propias heridas. Si hay algún resquicio, aunque sea mínimo, para la broma, la dejamos caer. Y no nos tomamos en serio casi nada de lo que decimos. Nos sabemos efímeros, habitantes de paso en una tierra que ha conocido todas las civilizaci­ones de la historia de la humanidad. Quillos, illos, pichas, miarmas, ompares, seres fronterizo­s y meridional­es, lo que nos hace únicos e iguales es nuestra facilidad para asimilar que nada importa demasiado, y que nuestra bandera no es verde y blanca, sino de la luz con la que amanece cada día.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain