El despacho del director
tura de arriendo de una casa en la que figura ‘Tena Hermanos’ como razón social aunque nunca llegó a trasladarse a escritura pública.
La incursión de los Luca de Tena en el sector editorial tenía su lógica empresarial: la familia había hecho fortuna con el refino de aceite de oliva. El biógrafo del fundador de ABC, Maximiano García Venero, destaca que Torcuato Luca de Tena padre era un «pioneer de la industria oleícola». Con más detalle, establece una conexión entre la penetración de la marca de gran consumo y la publicidad en prensa: «Un medio moderno de que se sirvieron los Luca de Tena fue la propaganda directa sobre el público, en un tiempo en que la publicidad se redactaba aún
Torcuato Luca de Tena, en su despacho de la Casa de ABC en la calle Serrano, luego trasladado en cada mudanza de la redacción del periódico y que finalmente se dispondrá completo en Sevilla, en la sede de la isla de la Cartuja en forma de avisos y era decididamente parca y mezquina».
La edición impresa era una más de las aventuras empresariales de aquella familia que pugnaba por no dejarse arrastrar por el ‘aurea mediocritas’ que observaba en tantos propietarios agropecuarios decimonónicos del Sur, caracterizados por una aversión al riesgo y a la innovación. Los Tena (luego Luca de Tena) eran industriales.
Los hermanos Luca de Tena y Reina montaron su primera planta fabril antes de que naciera el fundador de ABC. Habían elegido un terreno a medio camino entre Sevilla y Alcalá de Guadaira, quizá por la existencia de molinos harineros desde los tiempos de la dominación musulmana. Nicolás Luca de Tena y Reina usó los 92.000 reales (23.000 pesetas) de la dote de su mujer más el adelanto de la futura herencia del suegro para fundar una colonia industrial en una zona a las afueras que daría origen a Torreblanca de los Caños.