«La Junta no dejó ningún palo por poner a nuestro nuevo Bachillerato»
—Hablaba antes de las dificultades que sufrió su colegio para poner en marcha el BI. ¿Los políticos de entonces les pusieron muchos palos en las ruedas?
—Creo que no quedó ningún palo por poner.
—¿Podría ser más explícito?
—Desde bulos que se hicieron correr como que los alumnos de nuestro colegio podrían perder ese año académico hasta retrasos en las firmas de la autorización. Empezamos el curso 17-18 como centro educativo extranjero y no firman la autorización y la inspectora de Educación llegó a decir que no se iba a firmar y que los alumnos iban a perder un año, imagínese los padres cómo se asustaron. Hasta que el martes de Feria nuestro abogado mandó un correo a la Consejería de Educación diciendo que emprenderíamos acciones legales si no se hacía. El jueves de Feria teníamos la autorización.
—¿Les exigieron acondicionar el colegio como si fuera de nueva creación?
—Sí. Nos obligaron a empezar como si fuéramos un colegio nuevo cuando en bachillerato éramos de los más antiguos de Sevilla. Y eso supuso una inversión económica muy grande porque nos exigieron cumplir con un código de edificación de 2006, que era la norma constructiva más exigente del mundo.
—¿Por qué cree que no es más activa la sociedad civil sevillana?
—En España tenemos una sociedad civil muy poco estructurada. Y tras 350 años de Inquisición más siglo y medio de dictaduras, hay muy poca confianza del poder en la sociedad civil. En Sevilla, excepto las hermandades y los clubes de fútbol, no hay nada estructurado y eso es un grave problema. Además, en Sevilla carecemos del impulso que puedan dar las empresas fuertes a la innovación porque no hay nada que se parezca a los centros de investigación catalanes, por ejemplo. de la mano de la Caixa. Aquí las cajas andaluzas se centraron en temas inmobiliarios y no impulasron ningún proyecto científico fuerte ni centro de conocimiento. Aquí necesitamos generar conocimiento. En Cataluña lo han hecho mucho mejor que en Andalucía, aunque el independentismo le haya hecho entrar en declive. Pero hasta ahí lo han hecho mucho mejor y todavía les dura. Las mejores universidades de España son la Pompeu Fabra, que es de cuando se fundó la Olavide, y la Autónoma de Barcelona