El Barça se agarra a un Messi devaluado
Su fichaje deja de ser prioritario para PSG y City, y solo continuaría en el club si acepta una renovación a la baja
El Barcelona recibe este mediodía al Cádiz con la obligación de lograr una victoria convincente que le permita aliviar el bofetón de realidad que sufrió en Europa el pasado martes y acercarse al líder tras su tropiezo ante el Levante. Aunque Koeman asegura que «estamos vivos en las tres competiciones», lo cierto es que la goleada ante el PSG (1-4) y la reciente derrota en Sevilla (2-0) deja prácticamente imposible la Champions y muy cuesta arriba la Copa del Rey. Antaño, tener a Messi en el equipo permitía convertir cualquier sueño en realidad, pero la irregularidad en la que vive instalado y el ocaso que transmite limita la fe del barcelonismo, avivada ayer por el tropiezo del Atlético.
Seis meses en fútbol dan para mucho. Es el tiempo que ha pasado desde que el argentino le enviara a Bartomeu el polémico burofax exigiendo su salida del Barcelona. Medio año en el que Messi se ha devaluado a pesar de ser capaz de generar un ingreso anual para las arcas del club en torno a los 250 o 300 millones, según el estudio de varios economistas. Los malos resultados del equipo y la escasa incidencia del capitán le han apeado del trampolín que debía catapultarle a partir del 30 de junio, fecha en la que acaba contrato, a cualquier grande de Europa. Messi, con un contrato faraónico, ya no es una prioridad para clubes como el PSG o el Manchester City.
Si desde el club francés han sido numerosos los guiños hacia el futbolista para que acepte jugar la próxima tem
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